Café con Pan

 Café con Pan - Tomado a la Comiteca

Café con Pan – Tomado a la Comiteca

Estos días que ha estado haciendo frio en comitán, valla que no tengo ganas de regresar a san cristóbal, alla me la pasare todo el tiempo bien abrigado. (en este momento a quien no se le antoja un café con pan). son las 6 de la tarde y parecen las siete, oscuro oscuro como mi café, la temperatura baja, el aire frio se posa sobre mi espalda y pies, el computador y la tazita que mi mamá sirvio a un lado. Se me ocurrio buscar un café con pan de un comiteco, que estuvo en la vida de muchos otros comitecos; el escribio también un anecdota aquí les va, en su recuerdo.

 

Me quedé parado junto a la puerta de la cocina, con intención de que mi nana Paula no me divisara, quería darle gusto a mi olfato, disfrutar de aquel delicioso olorcito acanelado oque despedía el café de olla; poco me duró el gusto, sin voltear a verme, pero sabiendo que yo estaba allí, mi nana Paula me dijo, – entrá mi niño, no te quedés ahí paradote, orita te sirvo. Aquella diminuta mujer de piel cobriza, manos de color noche y rostro de eternidad, se movía con cierta facilidad por aquel espacio, que para entonces, ya estaba inundado con mil aromas confundidos entre el humo del carbón que complacientes despedían las hornillas del fogón. Ella era el Hada Madrina de la cocina, todo lo que tocaban sus manos se convertía en delicioso manjar. Me acercó una tacita del aromático liquido endulzado con trocitos de panela, y en un platito dos rebanadas de cazueleja de elote. Nada más hermoso para mí, que sentirme querido y apapachado por aquella mujer bajita de andar cadencioso.

 

No tenía necesidad de darle las gracias, mi cara de niño sonriente y satisfecho, cubría cualquier costo, porque ella bien sabía, que en cada sorbo me babía también su espíritu y grababa para siempre su recuerdo en mi corazón. Norlmamente al terminar de tomar mi café con pan, se acomodaba sobre una sillita de madera, alisaba su gabacha y se disponia a contarme una de aquellas sorprendentes historias que sólo ella sabía.

 

José Luis Gonzáles Córdova, author de este texto que en parte he compartido por aqui, tuvo su (s) café con pan, hoy mi café es despacito despacito con ese saborcito que me agrada al recibir comentarios suyos por estas páginas a comitán, el pan lo voy a conseguir todos los fines de semana. hoy se me antojo por el frio, mañana será para contarles como fué que me lo tome.

 

COMENTARIOS

 

Tags: ,