Crónica de la memorable Batalla del 5 de junio de 1917, librada en la heroica ciudad de Tuxtla Gutiérrez
José Luis Castro A.

En la madrugada del 5 de junio de 1917, una espesa nube de rebeldes mapaches cubrió el valle del municipio de Tuxtla Gutiérrez. Las mujeres dieron el grito de alarma:
-¡Ahí vienen los mapaches!…
Cientos de hombres a caballo y a pie, pobremente armados, desfilaban por las estrechas y lodosas calles de Tuxtla Gutiérrez. Entusiasmados gritaban:
-¡Viva la Brigada Libre de Chiapas!
-¡Vivaaa! -coreaban.
-¡Viva mi general Tiburcio Fernández Ruiz!
-Vivaaa! -respondían.
-¡Viva mi coronel Fausto Ruiz!
-¡Vivaaa!
-¡Viva el coronel Sínar Corzo!
-¡Vivaaa!…

Al mando de una columna de caballería y de infantería entraron a Tuxtla Gutiérrez los coroneles Fausto Ruiz Córdova y Wulfrano Aguilar, integrantes de la famosa Brigada Libre de Chiapas, compuesta por 500 villistas, mejor conocidos como mapaches o mapachistas, con la intención de combatir a las fuerzas carrancistas que habían llegado a Chiapas -el 14 de septiembre de 1914- a implantar por medio de la fuerza de las armas los postulados de la Revolución Mexicana. Avanzaron por todo el camino nacional hasta llegar al Palacio de Gobierno, lo rodearon y empezaron a dispararle. Los custodios inmediatamente les respondieron. Al mismo tiempo, los rebeldes atacaban a las guarniciones militares que había en la “La Lomita”, en la salida a Suchiapa y a San Fernando; en el Cuartel General y en el Palacio de Gobierno, logrando posesionarse de dos terceras partes de la población. Al frente de una columna de rebeldes, el coronel Francisco Ruiz se hizo cargo de atacar a la guarnición de “La Lomita”; al mando de otro grupo de hombres, el coronel Agustín Castillo Corzo atacó a la guarnición del camino a Suchiapa; mientras que el capitán Pascual Sánchez se hacía cargo de la guarnición del camino a San Fernando.

-¡Ah, burro, cuánta mapachada viene! -exclamó un tuxtleco.

Mientras tanto, el Cuartel General, ubicado en el antiguo templo de San Andrés, era atacado ferozmente por la columna de rebeldes que encabezaban los coroneles Sínar Corzo y Filadelfo Grajales. Los elementos de la guarnición se defendían valientemente con coraje, decididos a todo con tal de evitar que tomaran el Cuartel Militar. Los mapachistas atacaban con más coraje. El coronel Sínar Corzo fue el que encabezó al grupo de valientes y audaces que intentó tomar el Cuartel General a sangre y fuego. Aún así, los constitucionalistas gritaron con valor:
-¡Viva don Venustiano Carranza!
-¡Vivaaa!
-¡Viva el Ejército Constitucionalista!
-¡Vivaaa!
-¡Viva el gobernador Pablo Villanueva!
-¡Vivaaa!

En el enfrentamiento fallecieron, defendiendo la bandera del constitucionalismo en Chiapas, el capitán segundo Serapio de la Garza, los tenientes Abundio Araujo y Alberto Aguilar, el subteniente Casiano C. Balderas y seis elementos de tropa. Entre los heridos figuraban: el capitán primero Carlos Borrego, jefe accidental del Estado Mayor; los tenientes coroneles Rafael Morán y Lamberto Ruiz; los subtenientes Gerardo A. Galván, Manuel S. Orduña y Óscar Carboney; así como 10 individuos de tropa.

Sin embargo, cinco horas después el cerco rebelde fue roto brutalmente por el coronel Pablo Villanueva, gobernador y jefe de la tercera Brigada de la División Veintiuno, quien al frente de un grupo de soldados salió del Cuartel Militar disparando para ir en auxilio de la guarnición del Palacio de Gobierno que estaba en problemas, pues solo 60 elementos lo custodiaban.

Cuando estaba más intenso el tiroteo, hicieron su aparición el mayor Carlos E. Ruiseñor y el capitán Martín González con un grupo de 40 hombres, quienes avanzaron de frente al Palacio de Gobierno. Del Cuartel General al Palacio de Gobierno, se le unieron al coronel Pablo Villanueva otros militares carrancistas que estaban dispersos, haciendo un total de 100 hombres, quienes avanzaron sobre el flanco derecho rumbo al Palacio y, después de un intenso tiroteo con los rebeldes mapachistas, lograron entrar al Palacio. El coronel Pablo Villanueva ordenó que se colocara una línea de tiradores en la azotea del Palacio de Gobierno y un fusil Hopkins al mando del capitán segundo Gregorio G. Moreno con 10 hombres a su mando; el capitán primero David Cortés Rojas protegía la retaguardia con unos cuantos elementos.

Mientras tanto, la columna de 200 hombres del coronel Fausto Ruiz no cejaba en su empeño de tomar el Palacio de Gobierno del estado. Hombres de ambos lados caían muertos o heridos. La gente del capitán carrancista Gregorio G. Moreno luchaba heroicamente contra las fuerzas mapachistas, numéricamente superiores. No obstante, después de varias horas de intercambio de balas -y no poder tomar el Palacio de Gobierno-, el coronel Wulfrano Aguilar ordenó que incendiaran con petróleo las puertas del Palacio, provocando un enorme incendio que destruyó gran parte de los archivos de los tres poderes del estado.

De repente los mapachistas se hallaron entre dos fuegos: por un lado, el coronel Pablo Villanueva y su gente se defendían como gatos boca abajo con las uñas y los dientes; y por el otro, la columna del mayor Carlos E. Ruiseñor y el capitán Martín González los atacaban por los flancos izquierdo y derecho. La batalla duró siete horas. Frente al Palacio de Gobierno se decidió el triunfo. Los rebeldes fueron desalojados por la superioridad de las armas del gobierno constitucionalista.

Repentinamente, el coronel Fausto Ruiz ordenó el cese al fuego y la retirada de los rebeldes de la Brigada Libre de Chiapas, abandonando la plaza en el más completo desorden. Las calles quedaron llenas de cadáveres de rebeldes y más de 150 caballo ensillados, muchas armas y municiones. Sin embargo, antes de retirarse de la ciudad los rebeldes saquearon el comercio y casas particulares. Los mapachistas fueron perseguidos por los carrancistas, pero no les pudieron dar alcance. Fue así como concluyó la memorable batalla del 5 de junio de 1917, librada en la heroica ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en que fueron derrotados los partidarios de la contrarrevolución en Chiapas. La gloria de esta batalla le corresponde al coronel Pablo Villanueva San Miguel, héroe indiscutible de las famosas batallas del 5 de junio y 29 de julio de 1917, y ardiente defensor del constitucionalismo en Chiapas. ¡Las armas de la legalidad se cubrieron de gloria!

Fuentes documentales

Secretaría de la Defensa Nacional. Dirección General de Archivo e Historia. Sección de Historia. Archivo Histórico. Ejército Mexicano. Etapa “Revolución Mexicana, 1910-1921”. Operaciones Militares. Diversos telegramas y partes de guerra. Año 1917. XI/481.5/212. En: Oficina de Archivo Histórico del Archivo General del Estado de Chiapas. 28 expedientes (743 hojas).

Autores varios. Diccionario histórico y biográfico de la Revolución Mexicana. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (Estado de Chiapas). México, D. F.1993. F. Tomo II, pp. 35-225.

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