Por Georgina Torres
Temas: Chiapas Noticias de Chiapas Tuxtla Gutiérrez

/Crónica

La cita era a las nueva de la mañana en el extinto árbol conocido como “La Pochota”. Maestros, estudiantes, padres de familia, medios de comunicación y uno que otro colado llegaron hasta el lugar del acordado, no importaba cómo ni de dónde vinieran, fueron llegando de a poco, desde antes de la hora  y listos para una larga caminata que ocuparía gran parte de su domingo, sino es que todo.

Estaban consientes que no sería un domingo cualquiera, de esos familiares, sabían que lo que hoy tocaba eran consignas, sol, caminata y uno que otro insulto, pero estaban preparados, con el ánimo arriba, acostumbrados ya a madrugar por su profesión de enseñar al país lo que no sabe, y este domingo también les tocaba educar, educar a un pueblo que parece estar ciego y aún no se une a esta lucha, porque como ya lo pregona una de sus consignas “ el maestro luchando también está enseñando”.

Por secciones, por normales, y por municipios se fueron dividiendo de a poco y acomodando para salir de “La Pochota” a una hora prudente, la población de la capital chiapaneca sabía lo que venía, era una marcha anunciada y no solo partía de ahí, otro contingente se encontraba ya del otro lado de la ciudad para comenzar a marchar.

Algunos sin haber probado bocado y otros ya listos para lo que viniera, con mantas, pancartas, crayolas para terminar algunos detalles y agua para el camino, todo estaba listo, alrededor de las 9:30 se comenzaron a organizar para ver en el orden en que iban a salir, repartieron varias copias del papel con las consignas ya conocidas por los líderes y a comenzar a practicar, la cosa era aguantar, el sol, el calor, el hambre, las necesidades fisiológicas en fin, caminar y caminar hasta llegar a su meta.

A las diez de la mañana comenzaron a moverse, a correr para no dejar ni un solo espacio, a caminar, a gritar, como que todo empezaba a tener sentido.

Era increíble e inimaginable el número de personas que acudió a esta marcha, hacer un cálculo aproximado sería, incluso, insultar a las personas que acudieron a ella, puedo decirles que el contingente era tan grande que no se veía donde terminaba, ni donde comenzaba  y no estoy exagerando, solo informando.

A lo largo de su camino se fueron incorporando personas que ya los esperaban en lugares específicos y también había niños y padres de familia que manifestaban su apoyo a sus maestros y por la educación del país, como pedían en una de sus consignas: “Educación primero al hijo del obrero, educación después al hijo del burgués”.

Aproximadamente a la una de la tarde estaban pasando por Plaza Cristal, y parecía que el apoyo aumentaba, ya el hambre les jugaba una mala pasada y el sol hacía estragos en su piel, pero los gritos no paraban, las peticiones, las consignas, el ánimo no se iba, estaban luchando.

Poco a poco y así como salieron fueron llegando a su respectivo campamento ubicado en el parque central desde hace ya varios días.

Y llegaron a su destino, sin ningún contra tiempo y con muchas ganas de seguir ahí, en un paro indefinido de labores, donde lo que importa es la educación y todo lo que el gobierno les está quitando, nos está quitando, pero ellos son los únicos que se revelan, que gastan su dinero, su tiempo, su cuerpo, su vida por educar a un país que parece estar sordo cuando se trata de justicia.

Así fue como se manifestaron más de 50 mil personas en la capital, espero no errar en cifras y no ser parte de esa consigna que gritaban cada que veían a algún medio de comunicación: “No somos uno, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien”.

 

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