Los últimos ataques con misiles a bases con tropas estadounidenses han hecho aumentar la cotización del petróleo West Texas Intermediate (WTI) hasta valores de mayo del 2019, marcando el barril casi 63 dólares. Por su parte, el petróleo Brent también marca máximos desde septiembre del 2019, cotizando el barril a 68,78 dólares, pero la pregunta ahora es ¿es esta subida, al margen de la repulsa que nos causa siempre la violencia, buena para México?

Pues depende de que a qué sector miremos, ya que es evidente que un precio más alto de la materia prima que exporta nuestra joya de la corona, Pemex, generará una mayor afluencia de la divisa por la que se intercambia, el dólar (el famoso petrodólar).

Sin embargo, no es menos cierto que México importa la mayor parte de la gasolina y el diésel que consume, que, por cierto, también se compran en dólares u otras divisas fuertes, precisamente las que forman las reservas nacionales. Además, no debemos olvidar que en los últimos años hemos vivido violentas protestas por diversos “gasolinazos”, es decir, por culpa de la subida del precio de la gasolina.

Refinería de Petróleo Mexicano

La parte buena

El flujo de dinero que el petróleo mexicano ingresa en las arcas del Estado va a aumentar a causa de la crisis. Ese dinero va a pagar gran parte del gasto social que depende de los fondos gubernamentales.

Además, si operan mediante alguna app de trading online sabrán que un mercado voluble es el coto de caza perfecto para el trader, ya que son los movimientos en el precio de los activos los que dan sentido a las operaciones con CFDs, al contrario de lo que ocurre en la inversión tradicional, en la cual solo obtenemos beneficio cuando el activo en cuestión sube, ya que lo poseemos, cosa que no ocurre en el trading mediante CFDs.

Un trader de CFD obtiene su beneficio cuando una operación se culmina con éxito porque el valor ha alcanzado la cotización deseada, o sufre sus pérdidas cuando la operación se cierra porque la cotización se ha movido demasiado en la dirección contraria. Como ven no se ha mencionado en ningún momento que el mercado deba ser alcista para hacer trading, simplemente debemos operar a favor del mercado, algo que requiere mucho estudio y experiencia y saber moverse en mercados volátiles. Sobre todo con este tipo de productos financieros que son complejos y difíciles de entender para un inversor minorista, donde muchos acaban perdiendo su inversión o incluso más de lo depositado para operar por no entender bien la complejidad de estos instrumentos financieros y su funcionamiento.

La parte fea y la parte mala

Si el precio de la materia prima es cara, el precio del producto final será caro, y no hay más vuelta de hoja. La industria de extracción de petróleo requiere de tecnología y especialistas extremadamente cualificados, y los tenemos, pero convertir el crudo en la infinidad de sus productos derivados existentes requiere de una industria no menos compleja.

La enormidad del país y la ingente cantidad de mexicanos que ocupamos nuestra nación requiere de cantidades industriales de gasolina cada día. Si no podemos refinarla, hemos de comprarla, precisamente a las naciones que con tanta asiduidad consumen nuestro crudo.

¿México no cuenta con refinerías? Claro que sí, con seis para ser más exactos, a las que se unirá una séptima para el 2022 previsiblemente, y hasta 1998 producían toda la gasolina que el país consumía.

Todas ellas son propiedad de Pemex, pero los últimos años han venido sufriendo problemas operativos relacionados con el mantenimiento y la falta de recursos. Actualmente se encuentran en fase de rehabilitación, y se espera que estos trabajos concluyan durante el presente año, según dijo Rocío Nahle, Secretaría de Energía.

Las refinerías actualmente construidas son las siguientes; la de Ciudad de Madero (fue la primera del país, construida en 1914), la refinería de Salamanca, la de Minatitlán, la de Tula, la de Cadereyta y la de Salina cruz. Todas juntas tienen una capacidad, que no producción, de casi 1 100 000 barriles por día. Pero sea cual sea la razón, no logramos producir más que el 22% de la gasolina que consumimos, y eso debe cambiar por el bien del país.

Así que es previsible que en los próximos años la importación de derivados del petróleo por parte de nuestro país se reduzca según se vayan completando las obras de rehabilitación en marcha y la construcción de la séptima refinería, y de esta forma los beneficios que nos reportan las exportaciones de crudo serán mayores.

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