Saúl Gohé/colaborador

El 22 de noviembre a las 19 horas en la Sala Carlos Olmos del Coneculta-Chiapas se presentó la pieza dancística Hiéreme mucho, proyecto PECDA 2012, de Marihana Zárate, bajo la dirección escénica de Zaira Lobato.

Hiéreme mucho es una combinación de danza-teatro. En la pieza se habla de los procesos del amor de una pareja, de lo maravilloso que resulta en un inicio enamorarse y a lo que nos lleva la rutina. Es una obra que de principio a fin nos cuenta una historia. En el fondo la obra dice: me entrego a ti para que me hagas sufrir y yo también me doy a ti para hacerte sufrir igual o más.

La violencia en el noviazgo como tema central de esta pieza. Lo complicado que resulta para todos tener una relación estable. Establece un lenguaje simple, nos comunica la necesidad de amar o de tener una compañía, no utiliza un lenguaje rebuscado, trata de ser una propuesta clara para que las personas que lo vean puedan encontrarse con los personajes.

Durante el montaje se siente el vacío, las ganas de llorar, de romper con todas las cadenas y sin embargo esto se vuelve un ciclo que nunca termina, como el amor mismo, a veces hiere tanto y es tan dulce que no se puede ni se debe perder las esperanzas de volver sentir los mismo.

            Lo que se agradece de este montaje es que no es una obra abstracta, se entendible lo que nos quieren decir, el público se identifica con los ejecutantes y al final algunos de los asistentes terminó diciendo: cuántos no viven una relación tormentosa.

            A Marihana Zárate le reconozco su ímpetu y su necesidad de bailar. Desde niña ha tenido una formación en ballet, danza contemporánea, teatro y técnicas del cuerpo. Lo que vi la noche del jueves no es un trabajo sacado del azar, sino un proyecto que se ha estado germinando y que por fin se dio a conocer a un público más amplio y quizás hasta más critico.

Otro de los ejecutantes de Hiéreme mucho es Manuel Alaín, quien  desde hace cinco años ha hecho teatro en Chiapas. Además es quien musicaliza la pieza. Tal vez el objetivo al unir estas dos ramas artísticas, danza-teatro, es decirle a la gente que cualquiera puede bailar, que el cuerpo es la herramienta que nos lleva a comunicarnos con el otro, que la danza es otro medio para representar el amor.

Este proyecto es resultado de un año de esfuerzos y de trabajo que dos ejecutantes llevan a cabo en escena. En Marihana es muy notable la técnica y el manejo del cuerpo. En Manuel su experiencia en el teatro avala su participación en este montaje. Es evidente todo el trabajo de investigación que hay detrás.

Ambos, Marihana y Manuel, ponen de manifiesto a través de una coreografía y una serie de movimientos colores y esperanzas, de pronto risas y después llanto. La montaña rusa en su máxima expresión por medio de la danza y el teatro.