Exitosa presentación Sak Tzevul en Estados Unidos

Con gran éxito se presentó el grupo Sak Tzevul en concierto celebrado en el Instituto Cultural de México en Washington D.C., Estados Unidos, en el marco del programa cultural que la Embajada de México en ese país lleva a cabo para difundir las ma nifestaciones de la cultura tradicional y contemporánea de nuestro país.

Al concierto titulado “Selva Soñadora” asistió un gran número de jóvenes, profesionales de la investigación y la etnomusicología, miembros de instituciones de prestigio en Washington D.C., maestros, diplomáticos y público en general interesados en las raíces de la música tradicional del sureste de México y de la fusión con corrientes progresivas.

Sak Tzevul USASak Tzevul es un conjunto dirigido y fundado por Damián Martínez, músico originario de Zinacantán, Chiapas, México. Martínez, descendiente de zapotecos y tzotziles, es creador de un concepto musical inédito que revitaliza a las lenguas originarias al incluir temas que tienden a mezclar la cultura tradicional de los pueblos mayas y su traducción cosmogónica al castellano,   aprovechando para dicho fin las posibilidades sonoras de la actualidad incluyendo los místicos sonidos del pueblo japonés.

El grupo musical ha tenido presencia en escenarios nacionales como la Cumbre del Tajín en Veracruz, el Forum de la Culturas en Monterrey, Nuevo León, el Festival Internacional Cervantino en Guanajuato y en diversos espacios de la Ciudad de México.

Su proyección a nivel internacional se ha visto aclamada en diversos foros en Japón, Rusia y Estados Unidos. Acompañan a Martínez, Enrique Román, Otto Anzurez y RieWatanable en la batería y percusiones, el bajo y el violín y voces respectivamente.

El grupo reflexiona en torno a su trabajo: En este tiempo de no tiempo, como final y comienzo de otro ciclo en la cuenta del calendario maya, SakTzevul hace un homenaje y reconocimiento a las culturas milenarias que han habitado el territorio de la AbyaYala o Mesoamérica, partiendo y remontándonos al despertar de la Selva Lacandona, como testigo silencioso de nuestra historia.

Los Gracejos a través del retrato – Galería fotográfica

Una tradición de la otra Semana Santa en Cacahoatán

  • Fotografías: Sergio Arreola
  • Texto: Ameht Rivera

Una tradición de orígenes disipados en la bruma de los años que ya no son, aquéllos tiempos que sólo persisten en la mirada infinita de los abuelos cacahoatecos. Los gracejos. Un baile burlesco en los perímetros de tu cuadra; maestros albañiles, paleteros y tricicleros, olvidan la diversidad de sus oficios para sumarse a la unanimidad de un grupo ataviado de ropas femeninas y máscaras de la mujer maravilla; un espectáculo de la otra Semana Santa que se vive en Cacahoatán, heredada (luego) a otros pueblos del Soconusco.

El espectáculo es enteramente surrealista, personajes andróginos vestidos con la ropa menos pudorosa de sus familiares femeninos; cintos dorados, faldas alejadas del recato de las rodillas, corpiños rellenos de papel higiénico, medias raídas, de ésas que usan los rateros para ocultar su desvergüenza, máscaras en gestos detenidos de tristura, algarabía, o fatigosa mesura.

10363668_10152463900309650_228083519944016105_nPor una cuota asequible la marimba se estaciona en tu banqueta a tocar canciones del repertorio popular, pero que indistintamente se bailan al estilo fox-trot del Ferrocarril de los Altos de Domingo Batancour. Entre la plebe no falta el clásico bolo que se enamora de un gracejo, el espectáculo transcurre y las banquetas están satisfechas de curiosos, aparece El Diablo vestido todo de rojo -por estos rumbos el rojo es el diablo- que luego sale, como vomitado, de entre la muchedumbre para irse a chupar una paleta porque no aguantó la resolana.

Si tienes suerte entre el grupo estará La Novia vestida de nupcias, desgarbada, armado con un niño de polietileno y paraguas estilo victoriano. Si es Sábado de Gloria se aparece La Viuda, otro personaje notable, vestida toda de luto con un huérfano de utilería en brazos; la pieza termina, bien o mal ejecutada por avaros marimbistas, se oye la rechifla y un sonido singular -difícilmente reproducible en una onomatopeya- emerge, acaso comprable con la risa de las palomas habaneras (quien haya asistido a una gracejeada y tenga en casa una paloma habanera sabrá comprenderme).

Entre los espectadores la opinión es siempre dividida, está el religioso que viene saliendo del culto y se escandaliza porque ve cumplida la abominación de la Biblia que lleva bajo el brazo sentenciada en Deuteronomio 22:5 y el ciudadano secular proclamando contra todo pronóstico que la tradición debe conservarse, porque como dicen: “ya no salen tantos gracejos como en otros años”; una de dos, o se está perdiendo la tradición o el pueblo ya tiene más lejos las orillas. Los gracejos, en Cacahoatán, siempre andan en coloridos y populosos grupos, con los borrachos que se escaparon de la patrulla y niños que no obedecieron a sus madres, los hay a veces hasta de grupo por barrio.

La marimba calla y todos en rededor piden la ñapa, sujeta ésta a la buena voluntad de los marimberos. El bolo vuelve al gracejo del que se enamoró y ahora baila con más furia, poniendo sus manos hasta donde la espalda pierde el pudoroso nombre. El Diablo se pasea entre la muchedumbre menando la cola con su mano y de vez en cuando dándose el tiempo para asustar a algún chamaco suelto de las manos de su mamá. La gente aplaude el espectáculo burlesco, los marimberos levantan a la marimba en hombros, como un muerto, y se van a probar suerte a otra cuadra con la larga cola de gracejos que los persiguen.

El verbo “gracejear” no se conoce, sino por las tierras del Soconusco. Sé que en Huixtla les llaman “Los Judas” o “Chavaricos”, Unión Juárez y Tuxtla Chico también se han vuelto a la tradición de la gracejada emanada de la tierra donde abunda el cacao, una tradición donde se saludan el sonido prehispánico de la marimba -malamente atribuida a los africanos-, y la gracia de su gente; seguramente por eso un ilustre desconocido los bautizó con ese nombre, que según el diccionario de la Real Academia de la Lengua significa: Gracia, chiste y donaire festivo en hablar o escribir. El gracejo es pues, un payaso de la vida, un mimo que aprendió a reír, un juglar de cuadra en cuadra, un bufón que tiene por oficio devolverle la sonrisa al pueblo.

Aquí donde no hay teatros, ni obras para ser representadas, la gracejeada en los días de Semana Santa suple, de gracioso modo, la necesidad de la plebe de congregarse en torno a un espectáculo al aire libre. Diré algo a título de curiosidad, porque no encontrando un elemento que vincule a los gracejos con los días de la Semana Mayor, ni en su actuar, ni en su graciosa indumentaria, recuerdo que una vez un pastor evangélico me dijo señalando con el dedo acusador a los gracejos “esos son los demonios que Cristo echó fuera y festejan que fue crucificado”. Yo no lo creo.

 

  • Sergio Arreola (Cacahoatán, 1991) Estudiante del último semestre de la Licenciatura en Comunicación (UNACH), Fotógrafo e integrante del Colectivo del Revés (Tuxtla Gutiérrez).
  • Ameht Rivera (Cacahoatán, 1982) Ha publicado los poemarios: “Alebrijo Librejo”(Ocozocoautla, 2011) Editorial Public Pervert. Y “Rosas i Spinettas” (Puerto Rico; 2012) Editorial Espejitos de Papel. Director del periódico regional EnSUMA.

 

 

Inicia en Copainalá certamen Señorita Traje Regional Zoque 2014

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  • En su presentación lucieron vestidos de fantasía y trajes estilizados
  • La velada fue amenizada por Max Aguilera, imitador de Juan Gabriel

Copainalá, Chiapas.- El certamen de belleza de mayor tradición en la región Mezcalapa inició la noche de este domingo en Copainalá con la presentación, imposición de bandas y pasarela de trajes estilizados de las cuatro aspirantes al título Señorita Traje Regional Zoque 2014, evento organizado por el Ayuntamiento de Copainalá y el Comité de Cultura Raíces de mi Pueblo.

Una noche fresca y la explanada del templo de San Miguel Arcángel que data del siglo XVI sirvieron como el marco ideal para que Kristell Córdova Pérez, Belinda Pérez Vázquez, Giankarla Ricoy Galindo y Luz Rincón Juárez fueran presentadas ante más de mil personas que se dieron cita en el acto, como las participantes de este certamen que tendrá su gran final el próximo martes 6 de mayo.

Durante la primera pasarela, las guapas jovencitas de entre 17 y 18 año portaron vistosos trajes estilizados de la colección “Diosas prehispánicas”, elaboradas por el artesano Manuel Reyes de Tacotalpa, Tabasco. De esa forma, Kristell se enfundó en “Mujer de las plumas”, Belinda portó “Diosa de la abundancia”, Giankarla vistió “Chicomecóatl” y Luz se atavió en “Resplandor azteca”, todos elaborados en tela de manta, con semillas y hojas naturales y pintados a mano.

Con un público participativo que alentaba con porras, gritos y aplausos a su favorita, las cuatro participantes del certamen presentaron una coreografía grupal en la que dieron muestra de su talento y vistieron trajes de fantasía de diferentes colores diseñados por Leyla Hernández, dando una vista única al escenario por el cual desfilaron una vez más.

Finalmente, Kristell, Belinda, Giankarla y Luz aparecieron una a una para presentarse ante el público reunido esa noche y con discursos alusivos a la tierra zoque, algunas en lengua, venciendo sus miedos y el nerviosismo, fueron ovacionadas para después dar paso a la imposición de bandas que corrió a cargo de las autoridades gubernamentales y culturales del municipio.

En su mensaje, René Cortazar Archila, Presidente de Copainalá, enunció que “Copainalá es uno de los municipios embajadores en Chiapas de la cultura y las tradiciones, por todo ello es importante sentirnos sumamente orgullosos de lo que somos y de nuestras raíces y una de las formas de celebrarlo es con eventos como este, en el que cuatro mujercitas orgullosas de su tierra, estarán buscando convertirse en la próxima embajadora del Traje Regional Zoque, símbolo del pueblo copainalteco. A ellas, va mi reconocimiento y por supuesto, el de todos los aquí presentes, por su valentía para presentarse ante este nutrido público y ser las representantes de cuatro barrios de este municipio”.

Posteriormente, acompañado de la Presidenta del DIF, Cristina González de Cortazar; del Presidente del Comité de Cultura Raíces de mi Pueblo, Luciano Vázquez Pérez y de la Señorita Traje Regional Zoque 2014, Ariana Narváez Reyes, el alcalde realizó la imposición de las bandas a las concursantes. De esa forma, Kristell Córdova representa al barrio San Fabián, Belinda Pérez al barrio Concepción, Giankarla Ricoy al barrio San Miguel Arcángel y Luz Rincón al barrio San Juan.

Será el próximo martes 6 de mayo cuando sea electa y coronada la Embajadora del Traje Regional Zoque 2014, evento en el que las candidatas desfilarán en pasarela con vestidos de noche y el traje regional de Copainalá y además se presentará un video promocional del que participaron en su grabación.

La velada de inicio de este certamen fue amenizada por Max Aguilera quien dio muestra de su gran talento al interpretar en vivo los temas más populares de Juan Gabriel en una presentación de más de 80 minutos durante los cuales los copainaltecos gozaron de una gran ambiente de cara al inicio de la Feria Copainalá 2014 en honor a San Vicente Ferrer.

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Concluye con éxito el Primer Festival de las Artes Coita 2014

  • El Festival quedó institucionalizado por lo que se realizará año con año con recursos etiquetados

Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas.- Los acordes y melodías de las prodigiosas manos del pianista Arturo Aquino, engalanaron la ceremonia de clausura del 1er Festival de las Artes Coita 2014, celebrado 23 al 26 de febrero con llenos totales en el foro principal del parque central de esta localidad.

La fiesta de las artes concluyó con la participación del hijo pródigo de Coita, quien se hizo acompañar en un grato momento de improvisación de músicos en diversos instrumentos como la marimba, el saxofón, las congas, por citar algunos.

“Balada para Adelina”, “Solamente una vez”, “Sin ti” y  “Cien años” fueron algunas de las conocidas composiciones musicales que Arturo Aquino ejecutó como parte del repertorio; concluyó intensamente con la danza “Cohuiná”, que hizo poner de pie a la numerosa audiencia.

Previamente, la reconocida agrupación Sonex, caracterizada por tocar su propia versión de la música tradicional veracruzana, el son jarocho, combinada con los géneros jazz, hip hop y rock, se ganó el corazón de los asistentes con sus cantos a la tierra, al amor y a la esperanza.

Durante estos días se contó con la participación del pianista mexicano, Héctor Infanzón y el ensamble de percusiones del director Israel Moreno, en el inicio de la citada festividad.

Cabe mencionar que el director del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta), Juan Carlos Cal y Mayor Franco informó que este Festival quedó institucionalizado por lo que se realizará año con año con recursos etiquetados.

El 1er Festival de las Artes contempló una amplia gama de actividades culturales entre las cuales destacaron las presentaciones de grupos, exposiciones plásticas, eventos musicales, talleres artísticos infantiles, el programa “Alas y Raíces para los Niños”, la participación de la Orquesta Sinfónica de Chiapas y el homenaje al poeta Artemio Gallegos.

Además de las exposiciones Al grito de ¡Jule-Jule!, del artista plástico Akio Hanafuji y Colores con vida, obra fotográfica de Noé Calvo Sánchez también forman parte de esta festividad, en el Museo Zoque de Ocozocoautla.

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Altares de muertos en Chiapas

En México los antecedentes de la fiesta de difuntos actual y del concepto de la muerte pueden encontrarse tanto en las creencias prehispánicas como en las ideas traídas por los conquistadores y frailes evangelizadores a raíz de la conquista. La muerte es el tránsito más duro e inexplicable para el ser humano, ha sido en todas las culturas y en todos los tiempos objeto de reflexión, ceremonias y rituales; a través de este tiempo se ha tratado de responder el destino de los muertos: el alma deja el cuerpo para dirigirse a un lugar destinado según la manera en que vivió.

Los días señalados por la iglesPanteón en Chiapas - Foto: Alesevia católica para honrar a los muertos son el 31 de octubre, 1º y 2 de noviembre (día de Todos los Santos y Fieles Difuntos respectivamente). Sin embargo, existen zonas indígenas y rurales en las que dicha celebración inicia en la última semana de octubre (25 al 30) y primeros días de noviembre (1 al 3) o bien, llegan a extenderse a lo largo de todo el mes de noviembre, como en el caso de los chontales de Tabasco.

En Chiapas, la tradición del día de muertos aún más antigua

Los mayas, zoques y chiapanecas, que conforman la actual cultura de Chiapas, ya honraban y rendían culto a sus muertos desde la antigüedad. Es decir, la mayoría de los pueblos indios de Chiapas rendía culto a la muerte.

Los indios llevaban ofrendas a sus difuntos alumbrados con teas encendidas, alzando los brazos les ofrecían alimentos y bebidas, e inciensos. Con la llegada de la Conquista Española (1524-1528) y posterior Colonización (1528-1560), más la evangelización de los indios en la fe católica, surgieron los festejos a los muertos y los altares de las ofrendas modernas.

En el siglo IX el papa Gregorio IV hizo oficial el festejo de los difuntos para recordarlos y honrarlos.

Para los indígenas chiapanecos no existía, dentro de su cosmovisión, el término morir; solamente la concepción de «sueño temporal» (muerte chiquita) y «sueño eterno» (muerte grande). En términos generales, puede decirse que los tres grupos étnicos de Chiapas de origen maya, zoque y chiapaneca festejan más o menos igual a sus muertos. Las únicas diferencias son las geográficas o de forma. En algunos pueblos los altares lo constituyen las propias tumbas; y en otros, se construyen altares tomando como base la mesa dedicada a los santos.

¿Qué es un altar de muerto?

Es una mesa de madera adornada con ofrendas dedicadas a los muertos. Los altares son, pues, mesas adornadas con ofrendas para los muertos que contienen lo que más le gustaba al muerto en vida: Comidas, bebidas, postres, cigarros, «trago», etcétera, ornamentada con manteles, cortinas, juncia, velas, veladoras, papel de China picado o papel crepé en diversos colores (blanco y morado, de preferencia), sahumerio y estoraque, fotografías de familiares o artistas fallecidos, imágenes de santos, etcétera. Por sus características se habla del altar zoque, del altar chiapaneca o del altar maya.

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¿Cómo deben ser los altares?

Los altares deben ser de tres escalones: el primero representa el padre: el segundo el hijo, y el tercero, el espíritu santo.

¿Qué cosas forman parte de un altar de muerto en Chiapas?

Comidas: tamales de chipilín, de cambray, pollo en mole, estofado de res, caldo de res, bolitas de chipilín, etcétera. Bebidas: pozol blanco y de cacao, café, chocolate, atol agrio, granillo, de masa o de elote, vino, agua, tequila, mistela, temperante, pulque, tepache y taberna. Dulces: suspiros, calabaza en dulce, melcocha (de azúcar blanca y de panela), puxinú (palomitas con dulce), turrones, dulces de manzanillita, caballito, gaznate, pan de muerto, turrón, cocadas, etcétera. Panes: marquesote, cazueleja, tortitas, rosquilla, pan de muerto (sin manteca y sin levadura). Frutas: naranja, caña, mandarina, plátanos, papaya, melón, granadilla, lima, calabaza y camote, etcétera. Golosinas: dulces, cigarros, cerveza, etcétera. Flores: cempazúchil (flor de muerto), crisantemo, flor de seda, lengüevaca, de raíz, flor de lechita (punupunú), etcétera. Brasero: mirra, copal y estoraque. Vaso de agua para los seres queridos porque vienen del largo viaje con sed. Tallo de plátano para colocar las velas. Fotografías antiguas de los familiares fallecidos. Adornos: papel de China picado (en colores blanco y morado), papel crepé, juncia, velas, veladoras, manteles y cortinas blancas, «somé», flores, etcétera.

[box type=»note»]¿Sabías que? La festividad indígena de Días de Muertos fue proclamada en el año 2003 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Este reconocimiento fue otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).[/box]

Referencias: José Luis Castro, Heraldo de Chiapas, Marta Dolores Albores Albores, Revista Buen Viaje

Combate Naval y Comida Grande de Chiapa de Corzo

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Entre los ritos simbólicos y paganos de la Fiesta de Enero, encontramos al combate naval que cada noche del 21 de enero se realiza en las aguas del Río Grande de Chiapa (El Grijalva) y que consiste en un espectáculo de uegos artificiales de mil colores. Esta desmostración pirotécnica se ha venido celebrando desde el año de 1599; época en la cual Fray Pedro de Barrientos, vicario de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, fue quien fomentó la enseñanza de la pirotecnia a través de los juegos navales, aprovechando la vocación guerrera de los indígenas.

Este evento se convirtió en una diversión para los chiapanecas y con el tiempo en un espectáculo que fascina al visitante. Enrique Santibañez, Aristeo Toledo Roldan Penagos, el pirotécnico Nicolás Espinosa y su hijo Cenobio, Francisco Macías y I capitán Cevallos, integraron el equipo que planeo y creo la versión moderna del combate naval, insirados en la batalla de puerto Arturo, y que por primera vez fue presentada el 21 de enero de 1906.

Comida Grande

Chiapa también cuenta con deliciosa comida y para cada día de la fiesta se preparan guisos especiales. Puerco con arroz, platillo que disfrutan los Parachicos y Chiapanecas en la mesa servida por el prioste de San Antonio Abad el día 18.

Para celebrar a San Sebastián se prepara la famosa «Comida Grande«, la tradicional pepita con tasajo. Guiso hecho a base de arroz y semillas de calabaza primero dorada y después molida, la cual es acompañada de carne de res en tiras secas llamadas por los lugareños «tasajo» con la cual se agasaja a los Parachicos los días 17 y 20 de enero.

Comidas de la Fiesta Grande

15 de Enero — Plaza del Parachico (Puerco con Arroz)
17 de Enero — Plaza del Parachico (Pepita con tasajo)
18 de Enero — Prioste de San Sebastian en Calle 5 de Febrero (Puerco con Arroz)
18 de Enero — San Antonio Abad ‘Consagrado’ (Cena de Parachicos: Tamales con cafe)
20 de Enero — Prioste San Sebastian Martir (Pepita con tasajo)
22 de Enero — Casa del Patron de los Parachicos (Cafe con Pan)

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Canto del Parachico

Esta noche es con la luna
y mañana con el sol
parachico me pediste
parachico te daré.

Con mi máscara de palo
mi chinchín te sonaré
con mi sarape coloreado
zapateado bailaré.

Sirenita sirenita que
navega en alta mar
adoremos al santísimo
sacramento del altar.

Fuente: Enunciado al pié, monumento del parachico.
Chiapa de Corzo.

Los Parachicos y las Chiapanecas

149654_447657140915_3712_nParachicos

A las celebraciones de estas fechas, las llamaban fiestas para el «chico» frase que con el tiempo se transformó en «Parachicos«, vocablo que también hace referencia al personaje que en las comparsas representaba al tipo español con la máscara de rostro europeo, cabello rubio distinto al indio; y además llevando el capote de los patrones, guitarra y la cuarta como insignia del encomendero. Su atuendo consiste en máscara tallada, montera de ixtle, chalina y listones brillantes sobre una vestimenta negra, lo que se remata con un sarape multicolor.

Durante 6 días recorren las calles alegrando a Chiapa de Corzo con sus chinchines, danzando «vivas» y venerando al Señor de Esquiulas (15 de enero), San Antonio Abad (17 de enero), patrones difuntos (18 de enero) y San Sebastián (20 de enero). El 23 el sonido del tambor y el carrizo toca con más fuerzas, pero el son contiene notas de melancolía, los cochetes se apagan y las «vivas» callan, los parachicos lloran duramente su misa porque la fiesta está a punto de terminar y habrán que esperar 365 días para volver a vivir esta tradición que mantiene viva sus raíces y fortalece su identidad.

Traje Tipico de Parachico

398086_363438943755181_441581445_nLa vestimenta de un parachico se compone de camisa blanca, pantalón negro, faja roja en la cintura, chalina bordada cayendo sobre el pantalón, sarape de Saltillo y un pañolón sobre la cabeza amarrado al cuello. La Máscara típica de madera laqueada en color rosado imita la piel del español con su frente amplia, la naryz afilada y mejillas sonrosadas.

MONTERA: Sujeta a la máscara y representa los rayos del sol, la luz de la vida, y también los cabellos rubios del español. MASCARA: oculta el rostro y sugiere al sol para que los proteja de cualquier mal y de la oscuridad, aunque también se menciona que es el reflejo de las características físicas del conquistador español. El CHINCHIN: significa la petición de la lluvia, al sonarse el chinchín se ponía en contato con su deidad pidiendo agua para la siembra y la fertilidad. LA CHALINA: sustituye a la banda, sirve para cubrir una parte del cuerpo (de la cintura hacia los pies) EL ZARAPE: a partir de la década de los 60′s se dejaron de usar chamarras oaxaqueñas, y lo utlizan para realizar chamarreos a las muchachas y/o al compañero de la danza. LISTONES: Se utiliza para amarrar la máscara con la montera; para amarrar el chinchín y colocarlo en el brazo y así no perderlo, se coloca en el cuerpo, en la montera.

Chiapanecas

Es un orgullo vestirse de chiapaneca y cada año más mujeres acompañan a los Parachicos en la Fiesta Grande. Salen a los recorridos siempre a ambos lados de la calle dejando el paso principal a los danzantes. Son la inspiración del «chamarreo» una danza de cortejo que los Parachicos realizan con movimientos suaves de sarape; es la manera de lla mujer chiapacorceña por encontrarse un lugar en una celebración que originnalmente fue prácticamente masculina.

El traje de Chiapaneca es bordado a mano con todo cuidado y esmero por artesanos de la ciudad y representa con orgullo el traje regional del estado de Chiapas. La La música de «Las Chiapanecas» fue dedicada a una bella jóven del lugar.

Traje Tipico de Chiapaneca

El típico traje de chiapaneca tiene de origen influencia española, el vestido es bordado a mano por artesanos de Chiapa de Corzo; La blusa es de satín, el escote es semicircular y lleva un vuelo de tul con flores bordado en petatillo con hilos de Seda y artícela de color naranja, blanco y rosa. La falda de satín es larga y amplia, en la orilla lleva un vuelo de tul bordado con motivos florales de colores.

La Chiapaneca porta una jícara artesanal llamada “jicalpestle”, elaborada a base de laca pintada a mano, otra maravillosa técnica tradicional. De esta forma, el traje tradicional de chiapaneca se convierte en una forma de expresión de la riqueza artesanal y natural del estado y de la habilidad e inspiración de manos indígenas.