Amatenango del valle, pueblo de alfareras

Su nombre es de origen náhuatl y significa “lugar de los amates”, ya que este lugar fue tomado en 1486 por guerreros aztecas que iban al mando del capitán Tiltototl, enviado desde el centro del país a conquistar tierras para el emperador Ahuizotl. Este valle verde del altiplano central de Chiapas, de clima templado y rodeado de bosques de pino y encino, está habitado por población de origen tseltal y es famoso por su alfarería. Amatenango es el pueblo de las alfareras, son únicamente mujeres las que se dedican a este oficio, que dan forma a hermosas figuras hechas del llamado barro blanco; se ve así por el acabado que se le da al pintarlo con un color mineral de la zona. El barro natural de Amatenango es en realidad color tierra y de él hacen toda clase de animales, sobre todo palomas y jaguares, pero también cántaros de tres orejas, vasijas y muchas otras piezas. Las alfareras de Amatenango crean sus obras empleando métodos prehispánicos, porque el barro es modelado a mano, sin tornos.amatenango del valle chiapas mexico alfareria

Hace no mucho aún se pintaba con colores hechos de la tierra, ahora también utilizan pinturas industriales; finalmente se cuece con leña en fogatas a cielo abierto. El proceso de mezclar la tierra con el agua, modelar el barro exponiéndolo al aire y después cocerlo con fuego representa el acto mismo de la creación dentro de la cosmovisión maya. Las niñas aprenden el oficio desde pequeñas, ensayan con figuritas de animales que venden en el mercado local y que también llevan a San Cristóbal de Las Casas. De esta forma se convierten en alfareras capaces de crear hermosas figuras, de mayor tamaño, como las tradicionales palomas y los jaguares. Cada mujer imprime su sello personal a sus creaciones y aunque se parecen entre sí nunca son iguales. Dicen las mujeres alfareras de Amatenango que “con manos suaves y buenas ideas nos regala el barro bellas obras de arte”.

Cómo llegar a Amatenango del Valle en transporte público:

Desde Tuxtla Gtz a Comitán para llegar a Amatenango
Si te encuentras en la ciudad de Tuxtla Gtz toma una camioneta un autobús en la terminal ADO hacia San Cristóbal de las Casas (SCLC), el recorrido dura aproximadamente 40min (Precio $60), al llegar a SCLC tomarás otra transporte, desde San Cristóbal de las Casas tendrás que tomar un transporte (camioneta) hacia Comitán de Domínguez, varias terminales de transporte se encuentran en la carretera internacional que atraviesa la ciudad entre la avenida Insurgentes y la calle Benito Juárez aquí , En esta zona donde hay varias terminales busca cual transporte lleva a Amatenango del Valle o pasa por ahí, se encuentra a 38 km en dirección a Comitán. Solicita al conductor que te baje en la zona donde están los puestos de artesanías.

Altares de muertos en Chiapas

En México los antecedentes de la fiesta de difuntos actual y del concepto de la muerte pueden encontrarse tanto en las creencias prehispánicas como en las ideas traídas por los conquistadores y frailes evangelizadores a raíz de la conquista. La muerte es el tránsito más duro e inexplicable para el ser humano, ha sido en todas las culturas y en todos los tiempos objeto de reflexión, ceremonias y rituales; a través de este tiempo se ha tratado de responder el destino de los muertos: el alma deja el cuerpo para dirigirse a un lugar destinado según la manera en que vivió.

Los días señalados por la iglesPanteón en Chiapas - Foto: Alesevia católica para honrar a los muertos son el 31 de octubre, 1º y 2 de noviembre (día de Todos los Santos y Fieles Difuntos respectivamente). Sin embargo, existen zonas indígenas y rurales en las que dicha celebración inicia en la última semana de octubre (25 al 30) y primeros días de noviembre (1 al 3) o bien, llegan a extenderse a lo largo de todo el mes de noviembre, como en el caso de los chontales de Tabasco.

En Chiapas, la tradición del día de muertos aún más antigua

Los mayas, zoques y chiapanecas, que conforman la actual cultura de Chiapas, ya honraban y rendían culto a sus muertos desde la antigüedad. Es decir, la mayoría de los pueblos indios de Chiapas rendía culto a la muerte.

Los indios llevaban ofrendas a sus difuntos alumbrados con teas encendidas, alzando los brazos les ofrecían alimentos y bebidas, e inciensos. Con la llegada de la Conquista Española (1524-1528) y posterior Colonización (1528-1560), más la evangelización de los indios en la fe católica, surgieron los festejos a los muertos y los altares de las ofrendas modernas.

En el siglo IX el papa Gregorio IV hizo oficial el festejo de los difuntos para recordarlos y honrarlos.

Para los indígenas chiapanecos no existía, dentro de su cosmovisión, el término morir; solamente la concepción de «sueño temporal» (muerte chiquita) y «sueño eterno» (muerte grande). En términos generales, puede decirse que los tres grupos étnicos de Chiapas de origen maya, zoque y chiapaneca festejan más o menos igual a sus muertos. Las únicas diferencias son las geográficas o de forma. En algunos pueblos los altares lo constituyen las propias tumbas; y en otros, se construyen altares tomando como base la mesa dedicada a los santos.

¿Qué es un altar de muerto?

Es una mesa de madera adornada con ofrendas dedicadas a los muertos. Los altares son, pues, mesas adornadas con ofrendas para los muertos que contienen lo que más le gustaba al muerto en vida: Comidas, bebidas, postres, cigarros, «trago», etcétera, ornamentada con manteles, cortinas, juncia, velas, veladoras, papel de China picado o papel crepé en diversos colores (blanco y morado, de preferencia), sahumerio y estoraque, fotografías de familiares o artistas fallecidos, imágenes de santos, etcétera. Por sus características se habla del altar zoque, del altar chiapaneca o del altar maya.

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¿Cómo deben ser los altares?

Los altares deben ser de tres escalones: el primero representa el padre: el segundo el hijo, y el tercero, el espíritu santo.

¿Qué cosas forman parte de un altar de muerto en Chiapas?

Comidas: tamales de chipilín, de cambray, pollo en mole, estofado de res, caldo de res, bolitas de chipilín, etcétera. Bebidas: pozol blanco y de cacao, café, chocolate, atol agrio, granillo, de masa o de elote, vino, agua, tequila, mistela, temperante, pulque, tepache y taberna. Dulces: suspiros, calabaza en dulce, melcocha (de azúcar blanca y de panela), puxinú (palomitas con dulce), turrones, dulces de manzanillita, caballito, gaznate, pan de muerto, turrón, cocadas, etcétera. Panes: marquesote, cazueleja, tortitas, rosquilla, pan de muerto (sin manteca y sin levadura). Frutas: naranja, caña, mandarina, plátanos, papaya, melón, granadilla, lima, calabaza y camote, etcétera. Golosinas: dulces, cigarros, cerveza, etcétera. Flores: cempazúchil (flor de muerto), crisantemo, flor de seda, lengüevaca, de raíz, flor de lechita (punupunú), etcétera. Brasero: mirra, copal y estoraque. Vaso de agua para los seres queridos porque vienen del largo viaje con sed. Tallo de plátano para colocar las velas. Fotografías antiguas de los familiares fallecidos. Adornos: papel de China picado (en colores blanco y morado), papel crepé, juncia, velas, veladoras, manteles y cortinas blancas, «somé», flores, etcétera.

[box type=»note»]¿Sabías que? La festividad indígena de Días de Muertos fue proclamada en el año 2003 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Este reconocimiento fue otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).[/box]

Referencias: José Luis Castro, Heraldo de Chiapas, Marta Dolores Albores Albores, Revista Buen Viaje

Los Parachicos y las Chiapanecas

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A las celebraciones de estas fechas, las llamaban fiestas para el «chico» frase que con el tiempo se transformó en «Parachicos«, vocablo que también hace referencia al personaje que en las comparsas representaba al tipo español con la máscara de rostro europeo, cabello rubio distinto al indio; y además llevando el capote de los patrones, guitarra y la cuarta como insignia del encomendero. Su atuendo consiste en máscara tallada, montera de ixtle, chalina y listones brillantes sobre una vestimenta negra, lo que se remata con un sarape multicolor.

Durante 6 días recorren las calles alegrando a Chiapa de Corzo con sus chinchines, danzando «vivas» y venerando al Señor de Esquiulas (15 de enero), San Antonio Abad (17 de enero), patrones difuntos (18 de enero) y San Sebastián (20 de enero). El 23 el sonido del tambor y el carrizo toca con más fuerzas, pero el son contiene notas de melancolía, los cochetes se apagan y las «vivas» callan, los parachicos lloran duramente su misa porque la fiesta está a punto de terminar y habrán que esperar 365 días para volver a vivir esta tradición que mantiene viva sus raíces y fortalece su identidad.

Traje Tipico de Parachico

398086_363438943755181_441581445_nLa vestimenta de un parachico se compone de camisa blanca, pantalón negro, faja roja en la cintura, chalina bordada cayendo sobre el pantalón, sarape de Saltillo y un pañolón sobre la cabeza amarrado al cuello. La Máscara típica de madera laqueada en color rosado imita la piel del español con su frente amplia, la naryz afilada y mejillas sonrosadas.

MONTERA: Sujeta a la máscara y representa los rayos del sol, la luz de la vida, y también los cabellos rubios del español. MASCARA: oculta el rostro y sugiere al sol para que los proteja de cualquier mal y de la oscuridad, aunque también se menciona que es el reflejo de las características físicas del conquistador español. El CHINCHIN: significa la petición de la lluvia, al sonarse el chinchín se ponía en contato con su deidad pidiendo agua para la siembra y la fertilidad. LA CHALINA: sustituye a la banda, sirve para cubrir una parte del cuerpo (de la cintura hacia los pies) EL ZARAPE: a partir de la década de los 60′s se dejaron de usar chamarras oaxaqueñas, y lo utlizan para realizar chamarreos a las muchachas y/o al compañero de la danza. LISTONES: Se utiliza para amarrar la máscara con la montera; para amarrar el chinchín y colocarlo en el brazo y así no perderlo, se coloca en el cuerpo, en la montera.

Chiapanecas

Es un orgullo vestirse de chiapaneca y cada año más mujeres acompañan a los Parachicos en la Fiesta Grande. Salen a los recorridos siempre a ambos lados de la calle dejando el paso principal a los danzantes. Son la inspiración del «chamarreo» una danza de cortejo que los Parachicos realizan con movimientos suaves de sarape; es la manera de lla mujer chiapacorceña por encontrarse un lugar en una celebración que originnalmente fue prácticamente masculina.

El traje de Chiapaneca es bordado a mano con todo cuidado y esmero por artesanos de la ciudad y representa con orgullo el traje regional del estado de Chiapas. La La música de «Las Chiapanecas» fue dedicada a una bella jóven del lugar.

Traje Tipico de Chiapaneca

El típico traje de chiapaneca tiene de origen influencia española, el vestido es bordado a mano por artesanos de Chiapa de Corzo; La blusa es de satín, el escote es semicircular y lleva un vuelo de tul con flores bordado en petatillo con hilos de Seda y artícela de color naranja, blanco y rosa. La falda de satín es larga y amplia, en la orilla lleva un vuelo de tul bordado con motivos florales de colores.

La Chiapaneca porta una jícara artesanal llamada “jicalpestle”, elaborada a base de laca pintada a mano, otra maravillosa técnica tradicional. De esta forma, el traje tradicional de chiapaneca se convierte en una forma de expresión de la riqueza artesanal y natural del estado y de la habilidad e inspiración de manos indígenas.

Los Chuntás y el Abrecampo

Los Chuntás o «Chuntáes» son hombres vestidos de mujeres imitando a las sirvientas de doña María de Angulo que salen a anunciar la fiesta por las calles del pueblo y acompañan a los carros alegóricos donde se pasea la distinguida joven elegida cada año con el rango de la española mientras va por las calles tirando a la gente monedas, dulces y otros regalos.

6804415327_5cc3fc46cc_zLos Chuntá danzan con vistosos trajes, mascadas en la cabeza sobre la cual portaban canastos adornados con banderitas llenas de viveres que iban regalando a los habitantes del lugar mientras recorrían las calles bailando al son de bayashando (música tradicional de tambor y carrizo).

El vistoso desfile que las Chuntá ofrecían acompañadas con música de viento, tambores, vivas y chinchines, seguía la ruta marcada por los «AbreCampo».

AbreCampo

ABRE CAMPO FIESTA GRANDEEl Abrecampo representa al hombre encargado de establecer orden entre la multitud que se aglomeraba para recibir los regalos que doña María de Angulo habia mandado a traer de tierras lejanas, así estos hombres con voz enérgica gritaban: » ¡ Abran Campo que pase doña María de Angulo!»  mandato al cual la gente se replegaba sin titubeo. Actualmente es el hombre que desfila con una escoba con el cuerpo pintado de negro para apartar a los transeúntes y abrir camino a las pandillas de Chuntás.

Fiesta Grande de Chiapa de Corzo

La Fiesta Grande

Cada año en el mes de enero se lleva a cabo en la heroica colonial ciudad de Chiapa de Corzo, una de las fiestas con mayor tradición de México, que está siendo reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En esta fiesta se celebra a sus principales santos y se reviven sus tradiciones. .Definitivamente es el evento más importante que reúne a más miembros la comunidad chiapacorceña que llegan de lejos a vivir la fiesta.

Es una fiesta que se vive con el corazón y que toca los sentimiento más profundos del Chiapacorceño. Iniciaa el día 8 cuando se anuncia la fiesta y termina el día 23 cuano se realiza el cambio de Priostes y los Parachicos asisten a una misa y acompañan al Patrón hasta su casa, para asi despedir la fiesta y esperar un año a que nuevamente empiece.

 ¡ Comienza la arrechura!

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¡Las chuntá!

Junto con los parachicos y las chiapanecas ; con semejante peso durante la fiesta; las chuntá – chuntaes sin especificar bien el nombre porque de acuerdo al español “el chiapaneca” no maneja el plural; salen durante la fiesta de Enero de la colonial y actualmente pueblo mágico de Chiapa de Corzo, para encarnar a un personaje misterioso  en su origen pero indispensable para disfrutar y comprender esta tradición que engalana a la ciudad durante su gran muestra, su breve y singular espacio.

Hombres vestidos de mujer, mujeres y niños rinden culto a los santos , se integran a  la tradición, se rinden a la arrechura entre baile y alcohol salen a las angostas calles para la adoración de los protectores divinos.

Las que evocan a las criadas de María de Angulo abren con alegría que viene desde muy adentro, desde hace mucho tiempo, cimbran la ciudad y recuerdan más allá de la arrechura característica principal de los poderosos parachicos, que se cocinan en otros vapores  la generosidad de una dama que correspondió a la gloriosa Chiapa de Corzo.

Foto de usuario: imaginame

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La danza de los parachicos

La bulla, la  algarabía, el tenor de la música y la comida compartida son algunos elementos que conforman a la fiesta grande de Chiapa de Corzo; cuando más cansado estas siempre llegan aventándote confeti, te gritaran y saludaran con alegría invitándote a bailar con ellos.

Sentiras la alegría y la energía que solo los parachicos contagian asi mismo la mirada de la chiapaneca que cautiva con alevosía y envuelve como a Nambué, las aguas del Rio Grijalva.

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Amatenango del Valle

El principal atractivo de este modesto pueblito son sus mujeres alfareras que elaboran y cuecen a cielo abierto las piezas de barro que ellas moldean. Pertenecientes a la etnia tseltal, para ellas el acto de mezclar el barro con el agua, modelar, secar y quemar, refiere en la cosmogonía maya al acto de la creación del universo.

Alfarera en lengua tseltal se dice Toz´ontajal. Y alfarera es doña Juliana quien ya es considerada un icono de Amatenango del Valle, por ello  se le ha reconocido su labor  con un monumento de bronce que la representa ejerciendo su oficio. Ella sigue trabajando en el patio de su humilde casa y el visitante puede observar el trabajo que realiza y las piezas que tiene a la venta en sus estantes. En la misma cuadra está una Cooperativa de Mujeres Artesanas de Amatenango, que siguen la escuela iniciada por Doña Juliana.

Amatenango del Valle, llamado en su lengua Tzo’ontajal “El pueblo de las Alfareras”, se localiza sobre una pequeña elevación que domina un fértil valle cubierto de maizales, a 38 km. de San Cristóbal de Las Casas por la carretera federal 190 hacia Comitán.

Foto – SECTUR Chiapas

Es un bello pueblo tzeltal que se localiza sobre una elevación que domina un fértil valle cubierto de cultivos, donde persiste hasta nuestros días la utilización de métodos prehispánicos en el proceso de elaboración de alfarería.

En Amatenango del Valle las mujeres se consideran alfareras mientras los hombres se hacen llamar agricultores, dedicados al cultivo del maíz y fríjol.

Actividades y Atracciones:

  • Observación de manufactura de cerámica y compra de artesanía: Ollas, tazones, urnas, jarras, platos cántaros, tinajas, macetas y figuras zoomorfas, son los productos de esta antigua tradición que evoca en el arte de mezclar tierra y agua, modelar barro, secarlo y quemarlo, el primer acto de creación en la cosmovisión maya.
  •  Templo de San Francisco: Su origen se remonta al siglo XVII cuya fachada se destaca entre las fachadas chiapanecas por su altura y esbeltez. El templo es de una sola nave con techumbre a dos aguas.
  • Observar a las mujeres con su vestimenta típica compuesta de falda azul, falda roja, huipil blanco bordado en rojo y amarillo y tocado.

Fiestas y tradiciones, en Amatenango del Valle se celebran diversas fiestas populares, principalmente religiosas, ya que la mayoría de los habitantes practican la religión católica. Dentro de sus festividades está la del 28 al 30 de abril para venerar a San Pedro Apóstol, el 4 de octubre a San Francisco de Asís y el 13 de diciembre a Santa Lucía.

 Tiempo de actividad: 1 hora

Ubicación
A 37 Km. (50 minutos aprox.). Amatenango del Valle se localiza en el Altiplano Central, a 37 kilometros de la ciudad de San Cristobal, Chiapas, siendo sus coordenadas geográficas de 16°32′ N y 92°26′ W. La altitud de Amatenango del Valle es de 1,810 metros sobre el nivel del mar. Su extensión territorial total es de 236 kilometros cuadrados 171.4 kilómetros cuadrados que representan el 0.22% de la superficie total de Chiapas.

Horario
De 10:00 a 17:00 hrs.

Costo
Depende del consumo.

Recomendaciones
Familiar, Parejas, Jóvenes y Retirados.

Tips

  • Sólo se acepta pago en efectivo.
  • Doña Juliana vive en la calle 20 de noviembre esquina con calle Las Casas.
  • Desde el Mercado Municipal de San Cristóbal de las Casas se puede tomar un taxi hacia Amatenango que cuesta $25 pesos.

Video Promocional de Amatenango, Chiapas.

Historia de Amatenango del Valle :

El grupo de tzeltales que formó originalmente el pueblo se estableció en la zona durante le época precolombina y en 1486 fue invadido por tropas aztecas. Después de la conquista de Chiapas en 1528 se le cita como perteneciente a Teopisca y a finales del siglo XVI, ya se había convertido en cabecera por derecho propio.

La Iglesia colonial domina al caserío tradicional y a las huertas de ésta comunidad tzeltal, célebre por las piezas de barro que las artesanas modelan a mano y luego cuecen con leñas a cielo abierto, evidenciando con esta técnica un fuerte ascendiente prehispánico.

Debido a las costumbres y tradiciones del lugar no es posible tomar fotografía en la Iglesia y a los santos cuando se realizan procesiones durante las festividades, así como a las artesanas; en este último caso se recomienda si se desea tomar fotografía a las artesanas debe solicitar autorización para hacerlo.

Festejaron a San Miguel Arcángel

Con el Primer Festival de Danza Autóctona

Copainala Festejaron San Miguel Arcangel

Festejaron a San Miguel Arcángel

· Danzas de Copainalá y Coapilla dieron realce a la celebración

· Alrededor de 120 zoques participaron en dicho acto

· El evento fue realizado gracias al financiamiento del Pacmyc

Copainalá, Chiapas.- A pesar de las malas condiciones del clima, en un ambiente de júbilo y fiesta zoque, se realizó en Copainalá el Primer Festival de Danza Autóctona en honor al patrón del pueblo, San Miguel Arcángel, en el que participaron más de 120 músicos y danzantes que dieron realce a la celebración.

Aunque se tenía previsto la participación de los tradicionalistas de municipios como Ocotepec y Chicoasén, fue imposible debido a que las fuertes lluvias que azotaron a la región del Mezcalapa provocaron deslaves y derrumbes en las vías carreteras de la zona, aún así, el festejo se llevó a cabo al iniciar con un tradicional y vistoso desfile por las principales calles del pueblo copainalteco.

Al llegar al complejo arquitectónico del convento de San Miguel Arcángel, el cual serviría de foro, el responsable del proyecto, Mario Núñez Aragón, dio la bienvenida a cada uno de los participantes y expresó “esta es una fiesta hecha para recordar nuestras raíces, reencontrarnos con el pasado e invitar a permanecer cerca de nuestra cultura zoque, una de las más ricas de todo Chiapas”.

Por su parte, el presidente del Comité de Cultura “Raíces de mi Pueblo”, Luciano Vázquez Pérez, dijo que es importante la realización de este tipo de eventos para resguardar toda la riqueza cultural con la que cuenta el municipio, involucrar a la sociedad e invitarlos a participar en el reconocimiento de sus orígenes para que “se sientan orgullosos de ser lo que son y del lugar donde viven”.

Por el escenario instalado en el lugar desfilaron diferentes grupos tradicionales que deleitaron a los asistentes con danzas como San Miguel, La Encamisada, El Caballito, El Bailarín, El Sacramento y El Venado, las cuales fueron del agrado del público y fueron aplaudidas una y otra vez.

A la vez, se instalaron en los correderos del lugar, exposiciones de arte indígena contemporáneo, en la que se mostraron fotografías que dan cuenta del desarrollo histórico de Copainalá, representaciones culturales y la Sala Histórica Municipal, así como stands de artesanías como petates y derivados, ámbar, textiles y bordados zoques y comestibles de la región como café, miel, pimienta y licor.

Durante el acto de clausura, el Jefe de Promoción Cultural de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en Chiapas, José Espinosa Sánchez, reconoció la labor realizada para llevar a cabo tal evento e invitó a los organizadores y participantes a seguir llevando como estandarte a la cultura de Copainalá, pues es ella la que le da gran vida y figura a la Cuna de los Zoques.

Fue ahí donde se anunció que nuevamente será Copainalá el municipio sede para la realización de los festejos por el Día del Músico Tradicional Zoque, que se instituyera hace tres años para celebrar los grandes maestros de la música de la región.

El Primer Festival de Danza Autóctona “San Miguel Arcángel” es un proyecto realizado por Mario Núñez Aragón con el respaldo y apoyo del Comité de Cultura Raíces de mi Pueblo y la Casa de la Cultura de Copainalá, el cual fue financiado a través del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) que maneja el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta).

Esta fiesta cultural fue transmitida en vivo para las regiones Centro, Norte y Altos de Chiapas a través del 1210 de amplitud modulada por la emisora cultural indigenista XECOPA La Voz de los Vientos, y para el resto del mundo por la internet en la página de Ecos Indígenas La Voz de la Diversidad.

Por: Diego López