Uno de los grandes valores humanos de Chiapas fue Belisario Domínguez. La apacible ciudad de Comitán fue su cuna. El 25 de abril de 1863 es la fecha de su nacimiento.

Familia

Sus padres fueron Cleofas Domínguez y María del Pilar Palencia. El abuelo de Belisario Domínguez, Quirino Domínguez y Ulloa, fue vicegobernador del Estado de Chiapas.

Realizó la instrucción primaria en su ciudad natal y, al concluirla, fue enviado a San Cristóbal de las Casas donde ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes para cursar estudios superiores. En el año de 1879, fue enviado a Francia para perfeccionarse, allí estudió en la Sorbona, donde obtuvo el título de doctor en medicina el 17 de julio de 1890, y realizó, además, un estudio especializado en oftalmología. El 2 de noviembre de 1890 se casó con su prima Delina Zebadúa Palencia, con quien tuvo cuatro hijos, aunque una de ellas murió al nacer.

Desde niño dio muestras de su profundo interés en resolver los problemas de los pobres, como cuando repartía entre los niños los centavos que le daban para su gasto dominical.

Estudios

En 1880, junto con su hermano Evaristo, hizo larga travesía por mar hasta llegar a París, capital de Francia, donde se recibió de médico cirujano, partero y oculista, después de una entrega total al estudio.

Belisario Domínguez / Wikimedia Commons

Belisario Domínguez / Wikimedia Commons

El amor a su tierra y el deseo de servir a su gente lo hizo retornar a Comitán en 1889, donde realizó una labor humanitaria sin precedentes.

Daba consultas gratis a los pobres y regalaba las medicinas a quienes no tenían con qué comprarlas. Instaló una botica, cuyo nombre por sí solo era un mensaje de los sentimientos de don Belidario. “La Fraternidad” era el nombre de la botica.

Montado en “El Moro”, que tal era el nombre de su caballo, visitaba a sus enfermos y les llevaba sus medicinas, pero lo más trascendente es que se convirtió en maestro de la medicina preventiva porque enseñaba a las gentes la manera de evitar las enfermedades. Podemos afirmar que Belisario Domínguez fue un médico que puso su capacidad profesional al servicio del pueblo, es decir, fue un pionero en la medicina social.

Vida Política

Por algún tiempo don Belisario Domínguez residió en el Distrito Federal desde donde dirigió una campaña intensa para evitar que Chiapas siguiera viviendo en el atraso y el olvido.

Inició su tarea imprimiendo un volante llamado “Chiapas”, en el que demostró que su interés era nacional, pues hablaba como “un trabajador que desea contribuir con su existencia a la obra de engrandecimiento y prosperidad de la patria”.

Desde entonces, don Belisario demostraba su rebeldía libertaria, su inconformidad constructiva, exponiendo con valor inusitado que su querido estado natal, Chiapas, vivía en el abandono y mal administrado.

En 1901 fundó el periódico El Vate , convirtiendo sus columnas en enérgicas promotoras del progreso de Chiapas y creadoras de la concienci cívica de amor a la patria y a sus instituciones.

Vate es la palabra sinónima de poeta, pero Belisario Domínguez la forma con las iniciales de valor, alegría, trabajo, estoicismo, palabras que eran realidades fecundas en la vida del héroe: tenía valor para decir las cosas por su nombre, sentía alegría en su tarea de servir, el trabajo fue su pasión; su serena austeridad ante los problemas de la vida lo hizo triunfar, porque su propia muerte es un triunfo de su vida y una floria de la eternidad.

En 1905 regresó a Comitán, donde fue recibido con grandes muestras de alegría. Pronto se instala y volvía a ejercer la noble profesión que tantas satisfacciones le había dado porque le permitía adentrarse en el dolor de su pueblo. Su popularidad lo lleva a la presidencia municipal de Comitán, cargo que acepta porque era honorífico y porque le permitiría servir más y mejor a su pueblo.

Su labor fue trascendente en todo sentido. La autoridad le sirvía para coordinar el bien, la bondad para servir a los pobres, la energía para luchar contra la injusticia.

Belisario Domínguez / Foto: Cuartoscuro

Belisario Domínguez / Foto: Cuartoscuro

Senador

Aunque don Belisario reununció a su postulación como senador suplente, el pueblo de Chiapas lo eligió como tal en fórmula de don Leopoldo Gout. Al fallecer el propietario en marzo de 1913, fue llamado don Belisario Domínguez Palencia para asumir el cargo, en donde estuvo sólo siete meses que le fueron suficientes para consagrarse como héroe.

El país vivía difícil situación a raíz del asesinato del presidente Madero y la usurpación del poder por Victoriano Huerta. Contra esa situación se lanzó Belisario Domínguez Palencia. Sabía del peligro que entrañaba decir la verdad en aequella época, pero también sabía que la defensa de la dignidad nacional era obligación ineludible de los legisladores, por eso dijo.

Cumpla con su deber la representación nacional y la patria estará salvada.

Esta es, sin duda, una lección cívica de resonancias universales, es una llamamiento para encauzar la responsabilidad de los legisladores. Belisario Domínguez pensaba que el pueblo tiene derecho a darse sus propios gobernantes, por lo que condenó la usurpación diciendo que el país vivía una “era de la defección y cuartelazo”, es decir, la democracia encontró enél a un verdadero defensor de la dignidad de todos los pueblos.

El valor en Belisario Domínguez no era actitud casual, era virtud conciencial. Lo demostro muchas veces y lo reafirmo en el senado cuando dijo que la patria era gobernada por un traidor y asesino.

La convicción democrática de don Belisario fue expuesta firmemente cuando se pronunció en contra de don Victoriano Huerta, calificando a la elección del 26 de octubre de 1913, como una “parodia de las elecciones”. Belisario Domínguez se reveló como un amestro del civismo. Lo hacía porque su formación era la de un hombre bueno, un benefactor sin tacha, un funcionario sin miedo, por eso arrancó de su conciencia este pensamiento. “Decid siempre la verdad, sostenedla con vuestra firmeza entera y muy clara”.

Consideraba don Belisario Domínguez Palencia que el periodismo tenía una gran misión social, por eso dijo que los periodistas debías ser “educadores del pueblo y defensores de los intereses sociales”.

Belisario Domínguez Palencia pugnaba por la solidaridad y la paz entre los pueblos. Sus ideales pacifistas quedaron claramente expuestos cuando dijo: “El más bello ideal de la humanidad es que todos los hombres lleguen a entenderse, a amarse y a ayudarse los unos a los otros”.

Martirio y Muerte

Medalla Belisario Domínguez

Medalla Belisario Domínguez

Belisario Domínguez escribió con su propia valentía su sentencia de muerte, que la historia ha recogido como momento culminante en la grandeza de un hombre iluminado por la eternidad. Todo lo que había dicho en contra del usurpador Victoriano Huerta era natural que despertara en éste el más cruento odio y el más temible rencor.

En las primeras horas del día 7 de octubre de 1913, se presentaron al Hotel Jardín, donde se hospedaba el héroe, cinco esbirros armados que lo condujeron al panteón de Coyoacán donde fue fusilado y sepultado casi a flor de tierra, no sin antes haberlo pasado por la casa de un médico que le cortó la lengua. Así callaron la palabra valiente de un héroe, así sacrificaron a quien diciendo la verdad, contribuyó al triunfo de la Revolución Mexicana, porque es indudable que si el usurpador se consolida en el mando, hubiesen sido inútiles los esfuerzos del apóstol Madero y hubiese sido en vano la sangre derramada por el pueblo. Belisario Domínguez es para la Revolución Mexicana el mejor baluarte de su continuidad histórica.

Logros destacados de Belisario Domínguez.

  • Médico, cirujano y partero, así como oculista con estudios en París, Francia.
  • Fundador del periódico El Vate.
  • Presidente Municipal de Comitán
  • Senador Suplente por Chiapas en 1912
  • Senador Propietario por Chiapas en 1913

Discurso contra Victoriano Huerta

“Señor presidente del Senado:

Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva dar principio a esta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores senadores. Insisto, señor Presidente, en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el pueblo y urge que el Senado lo conozca antes que nadie.

Señores senadores:

Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente. Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.

¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional? Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies. La verdad es ésta: durante el gobierno de don Victoriano Huerta, no solamente no se hizo nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República, es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido en casi todos los estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse a reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada, o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada patria. ¿A qué se debe tan triste situación? Primero, y antes de todo, a que el pueblo mexicano no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se apoderó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular; habiendo sido el primero de éstos, quien colmó de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano Huerta y habiendo sido él, igualmente, a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantables. Y segundo, se debe esta triste situación a los medios que Victoriano Huerta se ha propuesto emplear, para conseguir la pacificación. Estos medios ya sabéis cuáles han sido: únicamente muerte y exterminio para todos los hombres, familias y pueblos que no simpaticen con su gobierno.

“La paz se hará cueste lo que cueste”, ha dicho don Victoriano Huerta. ¿Habéis profundizado, señores senadores, lo que significan esas palabras en el criterio egoísta y feroz de don Victoriano Huerta? Estas palabras significan que don Victoriano Huerta está dispuesto a derramar toda la sangre mexicana, a cubrir de cadáveres todo el territorio nacional, a convertir en una inmensa ruina toda la extensión de nuestra patria, con tal de que él no abandone la presidencia, ni derrame una sola gota de su propia sangre. En su loco afán de conservar la presidencia, don Victoriano Huerta está cometiendo otra infamia; está provocando con el pueblo de Estados Unidos de América un conflicto internacional en el que, si llegara a resolverse por las armas, irían estoicamente a dar y a encontrar la muerte todos los mexicanos sobrevivientes a las amenazas de don Victoriano Huerta, todos, menos don Victoriano Huerta, ni don Aureliano Blanquet, porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición, y el pueblo y el ejército los repudiarían, llegado el caso.

Esa es, en resumen, la triste realidad. Para los espíritus débiles parece que nuestra ruina es inevitable, porque don Victoriano Huerta se ha adueñado tanto del poder, que para asegurar el triunfo de su candidatura a la Presidencia de la República, en la parodia de elecciones anunciadas para el 26 de octubre próximo, no han vacilado en violar la soberanía de la mayor parte de los estados, quitando a los gobernadores constitucionales e imponiendo gobernadores militares que se encargarán de burlar a los pueblos por medio de farsas ridículas y criminales. Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la representación nacional y la patria está salvada y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca. La representación nacional debe deponer de la presidencia de la República a don Victoriano Huerta por ser él contra quien protestan con mucha razón todos nuestros hermanos alzados en armas y de consiguiente, por ser él quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos. Me diréis, señores, que la tentativa es peligrosa porque don Victoriano Huerta es un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquél que le sirve de obstáculo. ¡No importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aun con el peligro y aun con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reina la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la nación en dos meses y le habéis nombrado presidente de la República, hoy que veis claramente que éste hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la patria con toda velocidad hacia la ruina, ¿dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder? Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta: ¿Qué se diría a la tripulación de un gran navío que en la más violenta tempestad y en un mar proceloso, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco?

Vuestro deber es imprescindible, señores, y la patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo. Cumpliendo ese primer deber, será fácil a la representación nacional cumplir con los otros que de él se derivan, solicitándose enseguida de todos los jefes revolucionarios que cesen toda hostilidad y nombren sus delegados para que de común acuerdo, maten al presidente que deba convocar a elecciones presidenciales y cuidar que éstas se efectúen con toda legalidad.

El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la patria espera que la honraréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por primer mandatario a un traidor y asesino.
Dr. Belisario Domínguez Senador por el estado de Chiapas”


Édgar Robledo Santiago, "Lecturas Chiapanecas". Colección hechos en palabras.2007

COMENTARIOS

 

Tags: , ,