Enrique Verdi no es un muerto común, siempre está de fiesta, en su capilla del panteón de Chiapa de Corzo, además de flores y velas, siempre se encuentra comida, licor, cerveza y cigarros, elementos que en vida fueron del agrado del difunto Verdi.

Personaje que las prácticas espiritistas han denominado “San Verdi”, mismo que ha sido considerado desde tres puntos de vista:

1) Para los familiares, fue un hombre inmensamente bueno y justo. Un hombre que por amor hacia su prójimo dio su vida para pagar la culpa de otro. Su único defecto era ser “putañero” o mujeriego. Hombre valiente hasta sus últimos momentos de vida. San Verdi, así como fue en vida, así lo es en espíritu, un hombre inmensamente bueno, autoritario y poderoso, que hace milagros y buenas obras para poder pagar su condena, alcanzar el perdón de Dios y así poder ir al cielo, ya que, su alma quedó penando en la tierra por los pecados que cometió, por esa razón, la gente le deposita todos los días alguna ofrenda, para que él tenga que comer y beber hasta el día que logre descansar en paz.

Recordemos que se dice que Enrique Verdi no puede descansar en paz, que su alma quedó penando en la tierra, por lo tanto, eso significa que el vive entre nosotros pero de manera espiritual, por esa razón le son depositadas las ofrendas todos los días para que el se alimente, festeje y conviva con aquel que lo visita. Es una forma de estar cerca de él, y Verdi siempre estará ahí, dispuesto a ayudar a todo aquel que lo busque de corazón.

2) Para algunos habitantes de Chiapa, consideran que Enrique Verdi fue un hombre “cabrón” a más no poder, alcohólico, satánico, violador y asesino, razón por la que pagó con su vida ahorcado en la “Pochota” del parque central de Chiapa. Para muchos, San Verdi es un ser maligno, un espíritu infernal, que obtuvo poder al mantener un pacto con el diablo, y que después de su muerte se ha dedicado a hacer el daño al prójimo.

3) Hay quienes se atreven a pensar que Enrique Verdi fue un hombre bipolar, que cuando quería era amable y alegre, pero que la mayoría de las veces demostraba su mal carácter y además era muy violento. Gracias a ello, San Verdi ha sido considerado como un ser dual que se dedica a hacer el bien y el mal, siempre y cuando se acerquen a él con honestidad y fe.

El culto hacia Enrique Verdi no debe pasar inadvertido ya que detrás de esta práctica existe un universo oculto de la comunicación, sincretismo, religiosidad, mercadotecnia, donde el objetivo es persuadir al afligido, al desahuciado, al ignorante y pasivo receptor, sin que importe su nivel educativo o clase económica, sino “satisfacerle” una necesidad de obtener salud, dinero, amor o caprichos. Texto: Mario Nandayapa

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