Las letras de Chiapas

Una tierra inspiradora para la expresión escrita donde los poemas, cuentos, novelas y diversas variantes literarias, salen de la pluma y del corazón de sus autores, con la esencia de la atmósfera que se vive y respira en cada rincón del estado. Fernando Valtierra es reconocido como el primer escritor religioso del siglo XVIII y posteriormente, Fray Felipe Cadena, nacido en Ciudad Real, mostró su talento en diferentes formatos en el mismo siglo. Fray Matías de Córdova, quien promovió la Independencia de Chiapas, brinda como escritor en el siglo XIX, un matiz diferente de pensamiento crítico con obras como “Utilidades de que todos los indios y ladinos se vistan y calcen a la española y medios de conseguirlo sin violencia, coacción, ni mandato”, y la fábula “La tentativa del león y el éxito de su empresa”..

En el siglo XIX, la sensibilidad literaria corre a cargo de Emilio Rabasa, Rodolfo Figueroa, Emeterio Pineda, Federico Larráinzar, y Vicente Pineda.

El siglo XX, surgen una generación de poetas como Santiago Serrano, Galileo Cruz Robles, Tomás Martínez y José Emilio Rodríguez y posteriormente Armando Duvallier, Enoch Cancino, hasta la llegada de dos figuras trascendentales en la historia de la literatura de Chiapas y del país, Jaime Sabines el más entrañable poeta mexicano, querido y reconocido con los más importantes premios del arte literario en México; y por otro lado, Rosario Castellanos, nacida en el Distrito Federal, pero que vivió su infancia y adolescencia en Comitán, donde quedó marcada para desarrollar su obra llena de pasión hacia el papel de la mujer en la sociedad.

Presentación del Poemario – Pétalos Cautivos de Maggy Bátiz

Maggy Bátiz López, Cació en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Es licenciada en Relaciones Públicas. Obtuvo el 2do. Lugar en el Premio Nacional de Poesia Carlos Pellicer, en 1993. Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de las Bellas Artes, México, D.F.

Actualmente forma parte del Taller Literario de la poeta Socorro Trejo Sirvent.

Evento:

Fecha: Sábado 8 de Mayo de 2010
Hora: 12 del día
Lugar: Sala Universitaria de Arte «Carlos J. Mandujano García»
1a Av. Oriente Sur No. 44 (subida de San Sebastián)
Comitán de Domínguez, Chiapas.

GAVIOTA.

ABRIL DEL 2010

GAVIOTA.

Hace frio, mucho frio
y ese volar y volar,
ese volar de gaviotas
sin lograrse calentar.

El volar de la gaviota
es permanente rutina
que no puede terminar,
hay mi gaviota querida,
siempre volar y volar.

No existe destino alguno
ni puertos adonde anclar,
no hayas nido,
ni una casa,
solo te queda volar.

Que aburrido es el oficio
de volar y de volar
y mirar por todas partes,
hacia arriba todo cielo,
hacia abajo solo el mar,
por el medio el horizonte,
que por mucho que camines
nunca podrás alcanzar.

Cuando se oculta la luna
para disfrutar su siesta,
ella piensa en descansar,
recostarse en una hamaca
para soñar y soñar.

Como motor de tiovivo
sin freno en su mecanismo,
para siempre es condenada,
solo a volar y volar.

Pobre gaviota aterida
aunque viviste encendida,
no dejaste huella alguna,
nunca pudiste cantar.

TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPA. ABRIL DEL 2010
ROBERTO REYES CORTES. 5º.REYES.
rreyescortes@hotmail.com

Viejo Encuentro – Carlos Augusto Gómez Aguilar

Viejo encuentro.

 

 Te alejas,

Te sujeto,

Al aire apresamos,

A la muerte vivimos,

Sabores Gozamos,

Juntos Morimos,

Juntos renacemos.

 

Te alejas,

Te dejo,

Te olvido y regresas,

Me enjaulas,

Me acompañas,

Jugamos a volar.

 

Las palabras sobran,

Las conjunciones se aplican

Sobre contacto labial,

Nos disfrazamos bajo piel negra

Y blanca,

Y,

Terminamos vestidos de amanecer.

 

Autor:

Augusto Gómez

(Carlos Augusto Gómez Aguilar)

EL ADIOS A QUECHULA. – Roberto Reyes Cortes

Quechula y la Concordia dos poblaciones desaparecidas por las aguas en chiapas

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS, A 3  DE  ENERO  DEL 2010.

EL ADIOS A QUECHULA.

ROBERTO REYES CORTES.

5º.reyes.

Lemúrida

tierra perdida de Escocia,

Quechula, la Concordia,

tierras perdidas

de Chiapas.

En el monte,

a escondidas de los ojos,

en la cañada,

un cedro viejo guarda en su memoria

la negra desventura de esta historia,

te la cuento ahora a ti,

como el me la contara.

Los pesados tractores, trascabos y pailoders

despedazan el silencio de las  riveras verdes

cortando a tajos la montañas del río Mezcalapa

y comienza el exhodo de la gente que se escapa.

Los fierreros aprestan el fulminante y la pila acomodada

asegurando la dinamita en agujeros abiertos en la roca,

a tan fuertemente los explosivos de la nitro ya cargada

son hábiles obreros encubiertos detonando la última tronada

que volverá fino polvo, la montaña de piedra triturada.

Los ingenieros de cascos de acero pintados de amarillo

aprestan bolígrafos y bitácoras, para relatarnos el cuento,

de cartuchos de dinamita explotando como yescas de cerillo,

que dejaran para siempre inerte, quebrado, el cadáver yerto,

mi río enterrado en tumba de arena y de cemento, muerto.

Una intensa alerta roja, corre por los valles, por la pradera,

brincando desde el fondo de los bosques y del río a la rivera,

donde brillan ojos de miles de animales que con espanto suben

por los riscos, por las cuevas, por todas las montañas, huyen.

Estruendo impresionante cubre la tierra destrozada,

mil gritos desgarrados, traspasan todos los confines,

las copas de arboles medrosos se esconden en las nubes,

revolturas de lodo y agua, cubren los muertos alevines

y como en libro del Dante crueles tragedias se reviven.

Del serpenteante camino, nacido arriba de la tierra calcinada,

los indios bajan en silencio el cerro, iluminados con hachones

de quemada  lumbre, macilentos, perdidos; hundidos en la nada,

y se confunden con el fúnebre paisaje de su choza abandonada.

Como catacumbas perdidas en el misterio del tiempo,

riadas inmensas de agua torturada, se lanzan al vacio,

es la sangre, sangrada de las venas rotas de mis rios,

viajando en continuos  borbollones de última cascada.

Por más que busco ya no miro, aquellos rojos cedros del bajío,

las antes formidables caobas gigantescas clavadas en las lomas,

los floridos cercos, enramados entre guirnaldas y palomas,

o risas de mujeres hermosas que ríen bañándose en el  río.

En donde estará el hato del ganado que pastaba en la pradera,

donde el maizal, el frijol, el plátano, el cafetal, la sementera,

en donde la maestra, mis amigos, donde aquellos mis hermanos,

aquella novia idolatrada que llenara de amor mi vida entera,

se fueron para no volver, no estarán en esta, ni en otra  primavera.

Como Lemurios de la Escocia, perdidos bajo aguas de centurias,

Quechula puerto fluvial,  puerta ancestral

de Castellana conquista y La Concordia

son pueblos que también desaparecen,

dejando a humildes poblaciones rivereñas hundidas en penurias,

ahogadas en caudales, como llanto de las lluvias, cuando crecen.

En invierno, cuando las aguas bajan y el frío seco es más intenso,

se divisa lejano, el pico de una torre solitaria sin campana, ni badajo,

su iglesia, su santuario; sin rezos, sin las canciones de cada novenario,

sin velas, sin fieles, sin recuerdos, sin maitines y mirándose desde abajo

una plaza inundada, ahogada bajo el lodo, porque lo ha perdido todo.

Una inmensa mancha de agua negra cubre las antes bellas superficies,

lo que fueran Quechula, La Concordia, son pobres páramos rocosos,

casa común de serpientes, salamancas y de los pumas poderosos

y con el despojo de la tierra fértil, se inicia comercio escandaloso.

El agua convertida  en vatios, kilovatios, luz y fuerza de la empresa,

compuertas, turbinas, casas de máquinas, Malpaso, la Angostura.

Dicen que de noche, una barca sin remos,  se arrima a la costa solitaria de manglares

cantando salmos dedicados a la luna, lamentos lastimeros de aquellos historiales,

del río corriendo caudaloso, raudo, libre, entre colores rojo-verde de olorosos cafetales.

En las casuchas de palma sembradas en los cerros,

los indios viven su desvelo,

iluminando la negrura de la noche,

con las rojas brasas de las rajas del piñuelo,

en hogueras encendidas por la violencia atronadora de relámpagos del cielo.

Fin.

Blanca Margarita López Alegría – Pintar en Abstracto

Poetas de Chiapas
Blanca Margarita López Alegría

fecha de nacimiento
October 18, 1965
Lugar de nacimiento
TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS
Direccion
1a. poniente sur 834
¿Qué género literario cultivas?
POESIA, CUENTO Y ENSAYO
Escribe una pequeña biografia personal y tus obras
HE PUBLICADO 3 POEMARIOS. EL SONIDO DEL MAR, LA NOCHE DE LAS GAVIOTAS Y EL SILENCIO DEL AGUA.
ESTOY EN VARIAS ANTOLOGÍAS POETICAS, A NIVEL NACIONAL.
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HICIMOS LA RED COMO INICIATIVA DE ALICIA ROSEL
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INTERCAMBIAR TEXTOS POETICOS E INICIAR UNA AMISTAD LITERARIA

 

PINTAR EN ABSTRACTO

SONRIES
LA PINTURA ESTÁ AHI
COMO LA DE DORIAN GREY
CON EL ROSTRO CADA VEZ MÁS MUTILADO
EL SILENCIO ESTÁ COBIJADO EN LA ESQUINA DEL CUADRO

A QUIÉN BUSCAMOS
LOS COLORES DEL AMOR
LAS FLORES EN EL ASFALTO
EL RECUERDO QUE A PINCELADAS
BASTA PARA BORRAR LOS PÁJAROS

SIN EMBARGO
EL LIENZO ESTÁ AHÍ
MIRANDO
OBSERVANDO
QUIEN TRAZA LA VIDA EN SU MIRADA
DE COLORES COMO EL AMANECER