A partir del jueves 3 de abril de 2014, Xcaret cuenta con la exhibición de una pareja de quetzales, provenientes del estado de Chiapas, como parte de un programa de reproducción de esta especie.
Los ejemplares se encuentran en perfecto estado de salud y en instalaciones diseñadas especialmente para albergarlos, en lo que conforma la primera etapa de “El Aviario de Xcaret”.
Con esto, el parque Xcaret se suma a dos centros más, únicos en el mundo que cuentan con quetzales en cautiverio para su conservación: el Zoológico de Dallas, Texas y el Zoológico Miguel Álvarez del Toro, de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, del cual se trajeron el par de ejemplares, macho y hembra, que pretenden reproducir.
Para lograr que las aves cuenten con descendencia, el encargado de la fauna silvestre dentro del parque, Rodolfo Raigosa, dijo que han dispuesto de una gran jaula que se encuentra a 19 grados centígrados y 95% de humedad, para tratar de igualar la temperatura donde ellos viven de forma natural, que son los bosques húmedos y de neblina chiapanecos.
Rodolfo Raigosa dio a conocer que hubo una inversión de más de 3 millones de pesos, que incluyó también el transporte para traerlos vía aérea. Dijo además que lo que se pretende es que los animales logren tener por lo menos una cría en el primer año de estar residiendo en el parque.
El Quetzal una especie singular
El quetzal pertenece a la familia Trogonidae, cuya característica distintiva es no tener claros lazos filogenéticos con ningún otro grupo de aves. Un ejemplo de ello se refleja notoriamente en sus patas, ya que los dos primeros dedos apuntan hacia atrás y los otros dos apuntan hacia adelante, particularidad que nunca había sido clasificada taxonómicamente.
Cuentan algunas leyendas mayas que en la mañana en que los altos señores del alba y el crepúsculo crearon el universo, los vientos soplaron hacía el horizonte en círculos mágicos sobre la cimera de un árbol de guayacán. El condensado espíritu y soplo divino sobre las hojas azul-verdosas del árbol hicieron que se adaptaran y formara una maravillosa ave de majestuoso y largo plumaje.
Al observarlo por primera vez, el asombro es indiscutible y es fácil entender porqué esta ave—hermosamente decorada con azul y verde tornasol—fue sagrada para los mayas. Conocido como K’uk o Kukuul, el quetzal es símbolo de la naturaleza y cultura desde tiempos inmemoriales; representa la fuerza y la energía vital de los seres humanos.
Esta impresionante ave ahora se encuentra en peligro de extinción y sólo se encuentran algunos ejemplares en vuelo libre. Aún habita en la reserva de la Biósfera “El Triunfo”, ubicada en las montañas de la Sierra Madre de Chiapas. Además de Dallas, sólo se exhibe en México, Tuxtla Gutiérrez y ahora en Xcaret.
En la época de reproducción exhibe 6 plumas, dos pequeñas, dos medianas y 2 que llegan a medir hasta 1.10 metros. Al terminar la época de reproducción cambia hasta el 75 % de su plumaje, incluyendo la cola.
Un Ser Sagrado
Según el mito de Quetzalcóatl o “serpiente emplumada”, las grandes plumas de la cola del quetzal y el tipo de vuelo se asemejan a las ondulaciones de una serpiente.
Durante la época prehispánica, matar o dañar a un quetzal era acción merecedora de la pena de muerte. Su plumaje fue utilizado como moneda de cambio y adornos para diferentes trajes que sólo podían ser usados por la alta sociedad. Se cree que el gobernante de Tenochtitlán, Moctezuma, llevaba las plumas del quetzal en su penacho.
Para los mayas, fue la representación de Itzamná en su aspecto diurno. También estaba asociado con el cacao y el dios del maíz; representaba la vida, fertilidad y abundancia.
Con información de Blog Xcaret
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