El joven de 17 años de edad vivió su primera experiencia en una Olimpiada Nacional
PUEBLA, Puebla.- El joven Geovany Pérez, originario de Ocozocuautla de Espinoza, en el estado de Chiapas, hizo realidad su sueño de competir en una Olimpiada Nacional, experiencia con la que espera comenzar una prolífica carrera deportiva.
Aunque Geovany Antonio no pudo colgarse una medalla en su primera incursión en este certamen, el floretista se va orgulloso de su desempeño, pues con tan solo ocho meses desde que conoció el deporte y entrenó, se ubicó dentro de los mejores de su categoría.
“Me deja mucho aprendizaje esta primera experiencia en Olimpiada Nacional, me fue muy bien, mejor de lo que esperaba, tuve rivales muy duros, eran muy rápidos, mi entrenador me preparó bien. Aprendí cosas que no sabía, como la velocidad de los rivales. Disfrute mucho mi competencia.” Geovany
“Me veo el otro año en la Olimpiada Nacional, quisiera darle a Chiapas muchas medallas, es uno de mis primeros objetivos en la esgrima. En un futuro me gustaría competir y representar a México. Voy a entrenar y prepararme más para conseguir esa medalla que quiero”.
El corto camino del deportista en la esgrima, que comenzó con el apoyo de su primo y entrenador, Rodolfo Torres, no ha sido sencillo, desde recorrer largas distancias de su hogar al lugar de entrenamiento, el costo del material deportivo y el alternar sus estudios con la práctica deportiva.
“Comencé a practicar este deporte porque lo vi en una convocatoria en Facebook, me interesó y me acerque al profesor Rodolfo. Me emocionaba ver las espadas y la acción, entonces tomé la decisión de practicar.
“Cuando inicié no tenía un objetivo claro, pensaba que era nada más un pasatiempo y el profesor me dijo que había que ir a competir a otros lados y eso me emocionó mucho, salir, viajar y enfrentarme a otros compañeros”, reconoció.
“No es un deporte común en “Coita”, casi nadie lo conoce, soy el único que lo practica. Todos los días voy entrenar, pero sí me queda lejos, es hora y media de camino, a veces salgo tarde de la escuela y llego después al entrenamiento, gasto 52 pesos diarios en ir. Es un orgullo y una alegría ser el único en mi municipio en practicar este disciplina”.
Geovany llegó a este evento con el único florete que tenía y con el que entrenaba a diario, durante el calentamiento el arma del joven, de 17 años, se dobló y no pudo usarla para competir, por ello su entrenador tuvo que comprarle una nueva, con un valor de aproximadamente 3 mil pesos.
“Algunas cosas de material yo he comprado, otras el profesor Rodolfo, quien me ha apoyado mucho, hay veces que no puedo comprarlo y él me aporta la mitad, sólo me pide que se las pague con esfuerzo en las competencias y lo que sé hacer en la pista, gracias a él también estoy aquí”.
Por su parte, Rodolfo Torres, exdeportista de la Olimpiada Nacional y ahora entrenador del Estado, comenzó su escuela de esgrima en el estacionamiento de su casa con dos alumnos hace un par de años. INFORMACIÓN / Conade
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