Por: Gina Escobedo
Voces que se levantan
Las organizaciones sociales día en día van tomando fuerza en nuestra región, unas defienden ideales, otras se dedican a saquear y beneficiarse personalmente. Invaden propiedades justificando la pobreza y que no tienen donde vivir; bloquean calles, cobran cuotas como autopistas y si la ciudadanía está en desacuerdo con ellos recurren a actos violentos.
Este es el caso en el municipio de Chicomuselo, campesinos de la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ) -Región Carranza- introdujeron el servicio de Mototaxis, quienes están cobrando por el transporte la cantidad de seis pesos por persona. Ante esta situación concesionarios de taxis se inconformaron ante la ilegalidad en la que se manejan y que los afecta directamente, ya que la población optó por utilizar este servicio.
El pasado 1 de mayo, transportistas retuvieron dos unidades pertenecientes a la Sociedad Cooperativa de Moto-taxistas Ríos Tachinula Yayahuita, además de que una persona fue agredida presuntamente por integrantes de ésta. La ilegalidad impera en el municipio, las organizaciones no respetan las leyes establecidas, en su mayoría se dedican al saqueo de bienes y afectando los derechos de los demás. De igual manera los que dicen actuar con legalidad rompen con lo antes mencionado, pues actúan por mano propia creando un ambiente de violencia en el municipio.
La ciudadanía ha respondido favorable ante este servicio y la mayoría lo ha visto con buenos ojos, pues no sólo ayuda a la economía de los chicomuselenses sino que además atrae fuentes de empleo que mucha falta hace en el municipio.
Lo que se necesita es legalizar los servicios públicos de transporte, no existen rutas colectivas que trasladen a los habitantes a los diferentes barrios, sólo taxistas que cobran cuotas que están fuera del presupuesto de los ciudadanos, por tal motivo la gente tiende a utilizar carros “piratas” para dar el servicio y transportar a las personas a sus domicilios.
El problema es que lamentablemente las concesiones han estado desde hace tiempo en manos de unos cuantos; familias de renombre que son llamados “caciques del transporte”, y que tienen en su poder el servicio de transporte foráneo y de igual manera la modalidad de taxi, quienes no permiten que otras personas se beneficien porque siempre ha sido para ellos un negocio familiar; situación que molesta a la ciudadanía ya que están cansados que sean los mismos que se favorecen cuando hay muchas personas carentes de un empleo.
La voz de mucha gente pide que se otorguen concesiones a habitantes del mismo municipio, personas que no cuenten con un ingreso económico, “que no sean los mismos que acaparen el dinero, que se beneficie al pueblo y no personas ajenas que sólo llegan a perturbar la paz social de la región”.
Lamentablemente decenas de organizaciones han surgido en el municipio que en lugar de beneficiar ha provocado violencia e inseguridad para la ciudadanía. De ser un pueblo tranquilo ahora está lleno de grupos que sólo se han dedicado a desestabilizar la paz en el lugar con pretextos absurdos como defender “sus derechos”.
Hay muchas inconformidades sobre este tema, por lo que es necesario reglamentar un buen servicio de transporte local y para esto las autoridades deben tomar cartas en el asunto y solucionar esta problemática ya que puede convertirse en un foco rojo.
Una voz en el fracaso
Los políticos y los partidos no tienen credibilidad. La desconfianza impera en la ciudadanía pues están cansados de tantas injusticias, violencia y la privación de los derechos humanos del pueblo. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es repudiado en todo el país y en Chicomuselo no es la excepción, pues va en decadencia y hasta los priistas “de hueso colorado” han abandonado su militancia.
Y para muestra un botón, pues a pesar que Valeria Morales, presidenta del Comité Ejecutivo Municipal de este partido realizara un show de caballos el fin de semana pasado para demostrar ante el pueblo “el peso que tiene en su partido”, tan sólo reunió alrededor de 800 personas que más que simpatizar con ella simpatizaron más con los caballos y con la banda que presentó.
De nada sirvió perifonear por los barrios y comunidades de Chicomuselo para que asistieran a su evento, pues pasó desapercibido y solo interesó a aquellos que disfrutan de funciones donde se exhiben caballos bailadores.
De nada le ha servido vestirse de “campesina” y visitar las comunidades más alejadas del municipio donde le ha expresado a la gente que sabe de las necesidades de los pobres, del hambre y del esfuerzo. “Sus palabras son vacías” han manifestado los ciudadanos, pues no es un secreto que ella viene de “una cuna de oro”, su familia es una de las más poderosas de Chicomuselo hablando económicamente, su padre fue presidente municipal al igual que su tío y ahora “aspira” gobernar el municipio.
De nada le sirvió… La gente no llegó, este evento no trascendió, fue un día cualquiera. La indiferencia de la gente fue tan notoria, pues la política que se maneja en nuestros tiempos no interesa a muchos y menos de un partido que ha perdido credibilidad y que por mucho tiempo gobernó en Chicomuselo, que más que ayudar lo dejó en el olvido y en la pobreza; pobreza que se puede respirar, observar y hasta tocar.
No sólo su evento fue un total fracaso, sino que hasta padres de familia de la Escuela Primaria del Estado “Doctor Belisario Domínguez” demostraron su inconformidad en este acto debido a que Valeria Morales, hija de la directora de esta institución se encargó de dirigir un grupo de militantes quienes sacaron sillas de este lugar sin conocimiento y aprobación de los padres de familia, quienes por encima de las rejas de la escuela “como ladrones” se dedicaron a sacar los muebles.
Los padres expresaron su molestia ante tal acción y esperan que las autoridades educativas tomen cartas en el asunto ya que dijeron “es un abuso de confianza” de parte de la directora que se preste a estos actos proselitistas y se utilicen los inmuebles destinados a la educación de sus hijos.
Chicomuselo necesita un cambio verdadero, y solo se logrará si el pueblo toma decisiones acertadas. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y propuestas hay muchas, pero pocas las que valen la pena. Es ahí donde el electorado tendrá que tomar una buena decisión para elegir al mejor gobernarte: un diputado federal que legisle a favor de la clase más pobre, un diputado local que sea un buen gestor y defienda los derechos sociales de los habitantes que representa y un presidente municipal que cumpla con los compromisos y funciones de acuerdo a la ley para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.