Por favor, cuídame, no soy un juguete. Soy un ser vivo que sufre y siente, o que puede estar alegre. Dame agua limpia, croketas, o símplemente comida nutritiva. También un techo abrigador, si es posible, o unos trapitos limpios para dormir.
No me amarres, pero si me sacas a pasear llévame con arnés y correa, y nunca me subas a la azotea. Ahí el olvido hará que no vuelvas a cuidarme. Necesito hacer ejercicio. Toma unos minutos de tu día y vamos a caminar. Esto nos servirá a los dos. Si te es posible ponme un cómodo collar y una placa de identificación, y por favor, vacúname. Esto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
NUNCA ME MALTRATES Y ME PEGUES, POR NINGÚN MOTIVO. LOS GOLPES JAMÁS HAN TENIDO JUSTIFICACIÓN. TENME PACIENCIA Y CONSIDERACIÓN.
No olvides que lo más importante es el AMOR. Puedo ser un buén compañero en tu soledad, y contemplándote, no te abrumaré con charla insulsa. Estaré ahí siempre contigo.
Si ya no me quieres, no me avientes a la calle, abandonándome a mi suerte. Busca a alguien que practique la piedad y que me albergue. Hay gente buena en este mundo que me recibirá con alegría.
Haz un pequeño esfuerzo y dame en adopción.
Si te queda algo de consideración en el alma NUNCA ME DEJES EN LA PERRERA.
ABOGUEMOS SIEMPRE POR LOS QUE NO TIENEN VOZ: ¡LOS ANIMALES!
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