Los pobladores habitaban tradicionalmente casas construidas de horconaduras y tejas de barro, su estructura de madera, hormiguillos. Las paredes se elaboraban de calzontes o carrizo amarrado con bejuco. Otro tipo de casas eran construidas con paredes de lodo y piedra con seto o cercado de varillas de madera, los emplastos de lodo eran mezclados con paja o zacate. Los que contaban con más pos ibilidades las casas eran construidas de adobe con tejas de barro con algunas maderas labradas.

Osumacinta es un pueblo dedicado al cultivo de maíz, pequeña ganadería, a la elaboración de artesanías como: morral de henequén, hamacas, redes, costales, mecapales, mecates de ixtle, jáquimas para las bestias. Otras actividades son las comerciales como la venta de abarrotes, carnicerías y sacrificio de ganado.

La cocina tradicional cuenta con un variado menú nutritivo y de buen gusto al paladar como los frijoles de olla con chipilín, carne asada, frijoles con pellejito de res, patitas y orejas de puerco, chicharrón, caldo de zihuamonte, costillita de res asada, caldo de flor de calabaza, mojarras, macabil, tamales de carne de gallina y de guajolote con hojas de plátano y de yerba santa. Las bebidas son el pozol blanco o de cacao, agua de caña con limón de pinol cocido con calabaza dulce, atole agrio.

En el viejo Osumacinta en el año de 1976 se da un acontecimiento que transforma su historia. El poblado, queda sumergido por las aguas del embalse de la central hidroeléctrica Manuel Moreno Torres para asentarse en la ubicación actual.10389684_561772147277094_1109129365575290003_n415008_211280625659583_806961116_o

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