REENCUENTRO DE UN MAESTRO
(Inspirado en un poema de Mario Benedetti)
Regreso…quiero creer que estoy renaciendo
Con lo peor y lo mejor de mi vida;
Conozco de memoria la senda recorrida,
Pero aún así… ¡me sigo sorprendiendo!
Vuelvo con una esperanza abrumadora,
Olvidando los fantasmas que iban conmigo,
Estrechando las manos de los amigos
Y añorando a los que ya no están ahora.
Hay tantas cosas que nunca llegan…
Tanta rebeldía y tanta calma en espera,
Cuanta sombra que era luz y viceversa,
Tantos niños sin conocer las letras.
Ando… y pido perdón por la tardanza,
Pero no se debe a la holganza,
se debe a mis ensayos…
para rescatar la confianza
Así puedo llevar experiencia a tu casa,
Y en cada expresión… una palabra,
No me guardo nada, no siento vergüenza,
Esa…esa es mi recompensa.
De algún modo, esos niños
Consiguieron abrir de nuevo,
Aquello que no se ha perdido,
Recordar en lo que estás comprometido,
Lo que no se olvida…
Lo bello que suele ser la vida.
Enseño y transformo a la ignorancia,
Las cosas que recobro y las que dejo,
Pero ya vuelvo a ver mi cara en el espejo
Y encuentro de nuevo el brillo en mi mirada,
Se escucha el eco… la resonancia…
…Tirios y Troyanos solicitan mi ayuda,
cuestionan con preguntas…que ni piensas,
respondo cruzando el camino de las ciencias,
atravesando así el puente de la duda.
Vuelvo de buen humor optimista
Desaparecieron las arrugas de mi ceño,
Al fin puedo creer en lo que sueño,
Sin tener que ser un redomado idealista
Me siento menos mortal con mi regreso,
Ustedes se quedaron y yo no estuve,
Pero aquí tengo lo que allá nunca tuve,
Y ese tiempo fue tan sólo un receso,
Este es mi mundo…mi universo.
Estuve indeciso entre lo que se añora,
Entre el fuego propio y la leña ajena,
Como si estuviera preso…viviendo una condena,
Pero al fin me siento libre ahora.
Dejé todo lo que se volvió siniestro,
Recobré la fe en mis sueños,
Y de mis actos ser mi propio dueño,
De nueva cuenta soy un “Maestro”.
Nuca acallaron nuestras voces,
Se han ido cicatrizando las heridas,
Empiezo a preferir las bienvenidas
Mucho más que los adioses.
Pero sé, que para que haya una bienvenida,
Tuvo que haber antes una despedida,
Regreso sin resabios, después de tanto,
En el aula es tanta la emoción
Que confundo la lluvia con el llanto.
Estoy agotado pero aún entero,
Cansado de perdones y de agravios,
Más viejo…pero más sabio,
Más gastado…pero más sincero.
Vuelvo y quiero creer que estoy renaciendo,
Conozco de memoria este camino…
Pero de igual forma…¡me sigo sorprendiendo!
Estoy de regreso nuevamente,
Pero no vuelvo derrotado, sólo un tanto decepcionado,
De ver la ambición desmedida de tanta gente,
Sin importarles la miseria de los indigentes.
Y…aunque la desesperanza avanzaba galopante,
Puede vencer a mis propios molinos de viento,
Cabalgando en mi fiel rocinante…
Aprendí que avanza más… el que trota lento.
Estaba tomando el rumbo equivocado,
Quise cambiar al mundo desde arriba,
Y por más que hablaba, sólo gastaba saliva,
El cambio se debe de hacer con el alumnado,
Que son los que aún no están contaminados.
Aunque sé de antemano,
Que si camino por la playa
Eventualmente el mar borrará mis huellas,
Pero no me quedaré cruzado de manos
Esperando que aparezca el “Genio de la botella”.
No es posible llegar a la luz del día
Sin recorrer la oscuridad de la noche,
Del tiempo ya no podemos hacer derroche;
Mi espíritu de anacoreta quedará en cesantía.
La verdadera importancia no está en lo que se logra,
Sino en lo que aún se desea lograr,
Por ello de nuestros sueños no debemos claudicar,
Porque en el mundo nada está de sobra.
Al fin comprendí que el alumno es una semilla
Y que todas las semillas son un anhelo,
Un anhelo de vida y conocimiento,
Y que la escuela es un jardín…
Un jardín que está lleno de semillas
Y, hacer de ese jardín un paraíso,
Ese es nuestro oficio y mandamiento.
Vuelvo, pero no vuelvo inerme,
Con lo mejor y peor de mi historia,
Y aunque este camino lo conozco de memoria
¡no deja aún de sorprenderme!.
Tuxtla Gutiérrez, Mayo del 2003.
HECTOR CORZO GARCIA
