Por: Daniela Samayoa
Fiestas, alcohol, sexo y drogas… son los mejores amigos de la juventud de ahora, claro, no generalicemos, pero sí de la mayoría, es triste ver a aquellos jóvenes con caras demacradas u ojerosos, debido a la “gran fiesta” de ayer en la noche.
No podemos dejar de escuchar frases como: “hoy toca fiesta”, “me embriagaré hasta no saber ni mi nombre”, entre otras…
¿Dónde quedó la juventud entusiasta y con ganas de superarse? Hoy en día es difícil ver a un joven terminar la prepa sin cambiarse de escuela, porque se la pasó en fiestas y malos pasos, tanto que no se preocupó por el estudio, terminar la carrera sin haber dejado de estudiar por lo menos un año, o en su defecto no terminarla.
Uno de los principales culpables de la mentalidad de los jóvenes son las redes sociales, ya que en ellas pueden encontrar todo tipo de “diversiones extremas” porque sus actividades ya no los divierte, en el internet encontramos desde otras formas de beber y drogarse hasta actividades que fomentan el bullying, pero los hace según ellos “vivir al máximo”.
Aunque no solo el libertinaje se enfoca en el alcohol, drogas y fiestas, sino también en el sexo, ya es común ver niñas de 15 años embarazadas, ¡oh! No saben en qué problema se están metiendo, ya que sacrificarán su vida para dar otra, situación que se debe disfrutar, pero a esa edad ni ellas mismas saben lo que quieren, con suerte sus padres las apoyarán, o su misma pareja, pero no todas tienen ese apoyo y terminan siendo madres solteras, trabajando en lo que pueden, cuidando solas de un niño a quien no le darán la calidad de vida que seguramente les gustaría darle, o en su defecto, lo abortan, terminando con un bebé que no pidió ser procreado, un inocente que no tuvo la culpa de las irresponsabilidades de sus padres, pero terminan en un bote de basura o en un río.<< Miles de mujeres solteras pierden su libertad y seguridad al acostarse con su novio: cualquier varón, después de mantener relaciones sexuales, se siente con ciertos derechos sobre la chica, la ve un poco como de “su propiedad” y, aun cuando ella ya no quiera saber nada, él seguirá deseándola y persiguiéndola. (Juventud en éxtasis 2. Carlos Cuauhtémoc Sánchez.1997)>>
¿Qué podemos hacer para solucionar esto? Empecemos por educarlos con buenos valores y buena moral, apoyarlos en sus decisiones sin llegar a “alcahuetear”, enseñarles que la vida se puede disfrutar al máximo sin la necesidad de bebidas y químicos que dañen su salud, y si van a beber que lo hagan con responsabilidad y no hasta quedar fulminados en alcohol, darles un buen ejemplo, pero sobre todo tener mucha comunicación con ellos.
Recuerda, los jóvenes son los que algún día harán que este mundo gire, así que no te preocupes sobre qué clase de mundo dejarle a tu hijo, mejor preocúpate que clase de hijo le dejarás al mundo.