Los textiles abrigan nuestra piel, nos cubren y a veces nos adornan, pero es la simbología y herencia lo que viste nuestra alma. El tiempo en un espacio y una dimensión en un cosmos.
Con información de Tania Espejel Macías, impulsora de este proyecto.
Chiapas es un estado rico en tradición textil, desde el tejido en lana que realizan las mujeres del municipio de San Juan Chamula, hasta el tejido en telar de cintura que es brocado en San Andrés Larráinzar.
La mayor cantidad de artesanas se concentran en las comunidades aledañas a San Cristóbal de las Casas debido a que ese municipio es el mayormente visitado por los turistas, de esa manera, aprovechan para comercializar sus productos.
Sin embargo, el consumo justo aún es un tema en proceso en Chiapas y en México, una idea que poco a poco va tomando fuerza y que día a día parece más una realidad que un sueño lejano.
Es así como surge MILHILOS, una marca mexicana comprometida con la tradición textil en calidad y significado. Ofrece historia que es recreada por las artesanas que sueñan y crean un universo desde la cosmovisión de su cultura, historia que se traduce en simbolismos que llegan a nuestro mundo por medio de hilos de algodón que nos conducen a ese místico lugar.
El objetivo de este concepto es acercarse al arte del tejido, ya que a veces la prenda tiene mayor importancia. De esta manera, se busca exaltar el valor y significado individual de cada símbolo por sí sólo.
La propuesta de MILHILOS
MILHILOS consiste en una campaña de información por medio de cuadros elaborados en telar de cintura, cada cuadro tiene como imagen principal uno de los personajes que involucra la historia maya de la creación, a esta colección se le denomina MANIK.
MANIK, tomado de la simbología maya, es el sello 7 y representa el poder de la realización o el que cura las heridas del cuerpo y del alma. Es la esencia de la evolución y el crecimiento, es la realización de las cosas.
Actualmente todas las artesanas elaboran los mismos tejidos con variantes de color, pero las pasadas para crear las figuras son las mismas ya que así les enseñaron las generaciones anteriores. El tamaño del símbolo solo varía si se utiliza hilo de algodón o lana ya que este es más grueso y esto da como resultado una figura más grande, casi del triple que el tamaño normal.
Respecto al diseño de la figura tejida se elabora en un formato mucho mayor al que tienen por costumbre, sin alterar la figura. Lograr que las artesanas entiendan la capacidad que tienen como diseñadoras, creadoras de su propio tejido y no solo como replicadoras de él, es uno de los puntos más importantes del proyecto. Se busca crear identidad con sus tejidos más allá del concepto común de númerosas piezas iguales.
Cada lienzo de la colección MANIK se llevó a cabo con las artesanas de San Andrés Larrainzar y el bordado por mujeres de Huixtan buscando así también integrar dos grupos de artesanas diferentes en un mismo proyecto.
Desarrollo del producto
La elaboración comienza con el diseño del tamaño y la elección de figuras con las artesanas, se hicieron pruebas para poder alcanzar el tamaño que se quería lograr.
La investigación antropológica de estos símbolos se llevó a cabo con mujeres de los mismos grupos con más años dentro de esta tradición, se hizo uso de traducción de tsotsil a español y español a tsotsil, ya que la mayoría de mujeres mayores de comunidad no hablan español.
Se realizó investigación en diferentes fuentes bibliográficas en bibliotecas como ECOSUR, CIDECI y la Biblioteca Municipal, esto para obtener los resultados más objetivos sobre las historias sobre las que se basaría cada personaje de esta colección.
El primer paso fue elaborar el tejido de cada personaje en conjunto con las mujeres de San Andrés, durante el planteamiento del tamaño y diseño de cada uno también fue explicado el significado de cada símbolo mediante una clase..
En Huixtán fue elaborado el bordado sobre tela negra, misma que representa la oscuridad del cosmos antes de que cualquier cosa fuera creada.
Los lienzos fueron realizaron Antonia, Rosa, Claudia y Marcela, mujeres artesanas del municipio de San Andrés Larráinzar, quienes actualmente se encuentran resistiendo ante una situación donde anteponen su tradición de artesanas sobre volverse comerciantes informales o vendedoras de otro tipo, son herederas de una tradición de creadoras y recreadoras de una historia.
El bordado de letras fue hecho por Manuela, Micaela, María y Lucía, mujeres de Huixtan que también luchan por una autonomía económica y un reconocimiento como artesanas.
Cabe destacar que por el momento, estos cuadros no están a la venta, pero se planea la forma de comercializarlos para beneficiar a las artesanas de dichas comunidades a través de un esquema de comercio justo.
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