El Museo de América de Madrid traza un recorrido por la tradición textil, las técnicas de teñido y las prendas de los mayas para retratar una civilización que, ya desde la época precolombina, gira alrededor de los telares, y demuestra que, por mucho que Hollywood se empeñe, los mayas no iban en taparrabos.
La exposición temporal “Tejiendo identidades: símbolos y tradición en la indumentaria maya” abre mañana sus puertas en el Museo de América para, hasta el 30 de octubre, mostrar la rica tradición textil de la civilización maya que muchas comunidades de México y Guatemala -y, en menor medida, de Belice, Honduras y El Salvador- aún conservan.
“Aunque todo el mundo sitúa a los mayas en la época anterior a la conquista española, esta cultura sigue viva y está representada por más de seis millones de personas”, explica a Efe Estilo Beatriz Robledo, comisaria de la exposición.
Las comunidades indígenas, especialmente las mujeres, han recogido una tradición milenaria, manteniendo los telares de cintura como métodos de producción y los elaborados motivos decorativos que plasman en las vestimentas, aunque “como es normal, con la llegada de los europeos se han introducido nuevos materiales y pigmentos sintéticos”, explica Robledo.
La exposición recoge fotos de comunidades mayas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, así como prendas de los archivos del museo, que han sido usadas en su día por los mayas, a lo largo de los últimos cien años.
La muestra abarca desde el año 1920, del que data la prenda más antigua, elaborada con pigmentos naturales a base de cochinillas, caracoles púrpuras o ramas; hasta prendas de los años 80, con colores sintéticos que permanecen vivos como el primer día.
Los adornados y coloridos “huipiles” (una especie de blusa), “cortes” (faldas) se complementas con un “su’t” o “tzute” -una tela que protege del sol y ayuda a transportar elementos sobre la cabeza- fajines y accesorios para el pelo que, trenzados, pueden llegar hasta el suelo.
Aunque la climatología de la zona ha hecho que, a diferencia de lo ocurrido con la cultura andina, las telas de la comunidad maya prehispánica no hayan sobrevivido hasta el día de hoy, la exposición pone de manifiesto que los “huipiles” y “tzutes” ya eran prenda habitual hace milenios.
Como prueba de ello se exponen documentos como el Códice Trocortesiano, de la época clásica (1250-1500) o las representaciones precolombinas de la diosa Itchell, que luce acompañada por un típico telar de cintura, “de modo que las películas que muestran a los mayas semidesnudos no están muy bien documentadas”, argumenta Robledo.
“Tejer es para los mayas sinónimo de regeneración”, cuenta la comisaria, “por eso la diosa Itchell es, al mismo tiempo, deidad de las tejedoras y de la maternidad”.
Las técnicas para construir los complicados símbolos que se plasman en los “huipiles” tardan años en perfeccionarse: “Las niñas empiezan tejer sobre los cinco años”, explica Robledo, que añade que “su objetivo es perfeccionar la técnica para elaborar su ‘huipil’ de boda”, que se convertirá en el símbolo de sus destrezas y capacidades ante la comunidad.
Las prendas de la colección están llenas de motivos geométricos, “especialmente de rombos, que simbolizan la comunidad maya en el universo”, cuenta la comisaria, pero también abundan los sapos -símbolos de la lluvia y, por ende, de la fertilidad-, los venados y los árboles.
La forma de la ropa, los colores y los símbolos plasmados en las prendas representan la pertenencia a una u otra comunidad, “de manera similar a lo que pasa en España con los trajes regionales”, ejemplifica la encargada de la exposición.
El material que reina en las vestimentas mayas es al algodón, siendo la variedad de algodón marrón, el cuyuscate, especialmente valorado, aunque el amplio rango geográfico en el que se extienden las comunidades hace que materiales como la lana sean necesarios.
Una de las piezas estrellas de la colección es una tela de más de cuatro metros cedida por un colectivo de tejedoras de Chiapas, que sirve como un muestrario de todos los motivos decorativos, más de 89 diferentes, y de lo que representan.
La larga tela sirve de muestrario y de guía para que las jóvenes de la comunidad aprendan a representarlos porque “para los mayas, una prenda es más que protección y estética, es un verdadero símbolo de identidad”, concluye Robledo.
Por: Agencia EFE
COMENTARIOS
Tags: Arte chiapaneco, Cultura en Chiapas, Museos