Lugares Turísticos en Chiapa de Corzo

Chiapa de Corzo es una de las ciudades coloniales más bellas de Chiapas, localizada a tan sólo 15 minutos de la ciudad de capital, cuyo valor radica en su historia y debido a que fue la primera ciudad fundada por los españoles en Chiapas durante el siglo XVI. Sitio lleno de tradición y cultura, enmarcado por la calidez de su gente.

De lo que más escucharás hablar de Chiapa de Corzo es de su majestuosa Fuente colonial y de su impresionantes Cañón del Sumidero, así como de su exquisita gastronomía, de la que destacan: El cochito y los dulces típicos (suspiros, chimbos, nuégados) y de su bebida tradicional denominada pozol; todos ellos con sabores muy peculiares que deleitarán a tu paladar.

Esta famosa ciudad también se distingue por su riqueza artesanal: Laca, talla en madera y bordados que se pueden apreciar en el colorido de los trajes regionales de Chiapaneca y Parachico.

Lugares para visitar en Chiapa de Corzo

Fuente Colonial

Fuente colonial de estilo mudéjar, construida a mediados del siglo XVI con ladrillos labrados en forma de punta de diamante, donde destaca su más puro y fino estilo arte morisco. Era el punto de reunión y abastecimiento de agua para la población.

Iglesia y Ex Convento de Santo Domingo

Obra arquitectónica que marca el esplendor del siglo XVI, con sus inspiraciones góticas, renacentistas y neoclásicas; poseedora de una de las campanas más grandes del país, la cual se encuentra en su torre principal. El Ex Convento se encuentra en el anexo de la misma y ha sido restaurado para albergar importantes salas de exposiciones, que exponen manifestaciones artísticas de gente orgullosa de sus costumbres y tradiciones.

El aire colonial y sosiego que se respira a lo largo de su construcción, le imprime un aspecto único en el estado.

Parque Nacional Cañón del Sumidero

Imponente escenario natural de Chiapas. Las aves, monos y cocodrilos tienen su hábitat natural dentro de la selva.  Lugar de impresionante belleza que cuenta con paredes casi verticales de roca caliza de más de 900 metros de altura, mismas que enmarcan a la cueva de colores y a la cascada de Árbol de Navidad.

Para poder recorrerlo hay que abordar una lancha en el embarcadero de Chiapa de Corzo o en el de Cahuaré, la duración del recorrido es de dos horas, teniendo como objetivo primordial brindar al pasajero un paseo inolvidable.

A la salida del cañón se encuentra la presa Chicoasén, obra hidroeléctrica de grandes dimensiones. Otra forma de apreciar esta hermosa falla geológica formada hace 36 millones de años, es partiendo de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez en automóvil, recorriendo los 5 miradores: La Ceiba, La Coyota, El Roblar, El Tepehuaje y Los Chiapa.

Cascada El Chorreadero

Hermosa cascada de 25 metros de altura, ubicada a 14 kilómetros de Chiapa de Corzo. Su característica principal es que forma un encanto pacífico, el cual es recreado por albercas naturales rodeadas de una extensa vegetación selvática.

Lugar al que concurren visitantes locales y extranjeros, para disfrutar de un chapuzón en cualquiera de sus pozas. La mejor época del año para visitar este atractivo es en verano.

Zona Arqueológica de Chiapa de Corzo

Considerada una de las más importantes de la región central del estado. Aunque extensa, sólo una pequeña parte de la misma se encuentra expuesta y actualmente sólo 3 montículos están abiertos al público. El Montículo 1 es una estructura piramidal de un cuerpo en talud, con una escalinata al frente flanqueada de dobles alardas. El montículo 5 es una estructura de forma rectangular, su altura es de 4 metros y la mayoría de las edificaciones del sitio tuvo varias etapas reconstructivas. El montículo 32 que se ubica a orillas de la carretera, ahora aparece separado del núcleo principal. Trata de una estructura piramidal con una escalinata al frente.

Ruinas del Templo de San Sebastián

Ubicadas sobre el cerro de San Gregorio, por su existencia este templo del siglo XVI, denota la importancia económica y demográfica de la ciudad en la época colonial.

Queda en pie su ábside con nicho entre las pilastras y la fachada principal, con recubrimiento de barro aplanado de fino estuco.

Chiapa de Corzo es una verdadera explosión de aventura; es un sitio multicolor para descubrir y apreciar espectaculares bellezas naturales, en donde existen muchas facilidades para transportarse de un lugar a otro, conocer bellos paisajes y sorprenderse con las costumbres y tradiciones de Chiapas. 

 

Lugares Turísticos en Comitán de Domínguez

¡Bienvenido a Comitán de Domínguez!

Sabores, climas, patios floridos, horizontes luminosos al lado de templos mayas y magníficas iglesias coloniales son elementos que hacen de Comitán y su región, los antiguos llanos de la geografía colonial, una zona que da cuenta en una corta extensión, de la diversidad natural y la complejidad cultural de Chiapas.

Cuna de la independencia, es el corazón de la región turística de Los Llanos; reconocida por su arquitectura tradicional de casas con tejados y toques neoclásicos. Comitán, la ciudad de Rosario Castellanos, creció gracias a las haciendas y se convirtió en una de las principales ciudades de la provincia colonial.

Dentro de su trazo regular con calles de pronunciadas pendientes, destaca su plaza principal donde se yergue la iglesia de Santo Domingo del siglo XVI. Junto con los templos de San Caralampio, El Calvario, San José y San Sebastián son algunos de los elementos de un rico conjunto monumental que también incluye la Casa Museo Belisario Domínguez, ejemplo de las grandes casonas del siglo XIX, el Teatro de la Ciudad Junchavín y el cementerio con sus antiguas tumbas decimonónicas.

En Comitán se puede seguir la Ruta de la independencia siguiendo los pasos de fray Matías de Córdoba o la Ruta de los Museos: la ya mencionada Casa Museo Belisario Domínguez, El Museo de Arte Moderno Hermila Domínguez de Castellanos, la Casa de la Cultura y el Museo de Arqueológico de Comitán.

Lugares para visitar en Comitán de Domínguez

Iglesia de Santo Domingo

Edificada entre los siglos XVI y XVII, la fachada destaca por su estilo neoclásico y por su maciza torre de cuerpos cúbicos que recuerdan el arte mudéjar; el interior es de una sola planta a la cual se añadieron dos capillas en la época republicana y su altar mayor es de mármol, construido en 1956 con motivo de los 400 años de su fundación.

Iglesia de San Caralampio

Edificada en 1852, en honor a San Caralampio mártir, que fue motivo de devoción después de la epidemia de cólera y viruela que azotó a la población a mediados del siglo XIX.

La fiesta de San Caralampio es una de las más importantes de la comunidad que, año con año, se celebra del 11 al 20 de febrero en el barrio de La Pila, con música de tambor y chirimía, entradas con flores y niños enmascarados llamados «diablitos».

Casa Museo Dr. Belisario Domínguez

Típica casona comiteca del siglo XIX, con bellos balcones y jardines que dan un toque especial a la arquitectura tradicional. A través de sus seis salas, brinda la oportunidad al visitante de conocer la vida y obra de este ilustre mártir de la palabra libre.

Museo de Arte «Hermila Domínguez de Castellanos»

Recinto inaugurado en 1988 por Francisco Toledo y Gunther Garzo, que exhibe permanentemente obras de artistas plásticos mexicanos de la talla de Rufino Tamayo. Organia muestras temporales de obras de la escuela de pintura regional.

Centro Cultural «Rosario Castellanos»

Construido en los años treinta, en el mismo lugar que anteriormente ocupaba el convento dominico. Poseedor de un mural cuyo autor, Rafael Muñoz López, narra la historia comiteca y la vida de sus personajes más sobresalientes.

Cuenta con un taller de marimba y otro de textiles tradicionales. Dentro de este bellísimo espacio también se puede admirar el Museo Arqueológico de Comitán.

Pueblos en los Altos de Chiapas

Son  tres pueblos que destacan en la zona de los Altos de Chiapas, esto se debe a la importancia que han tenido en el desarrollo de San Cristóbal de Las Casas y por la conservación de su cultura. San Cristóbal de las Casas, una de las principales ciudades mestizas de los Altos desde la época colonial, es el lugar en donde se concentra el poder político y las actividades comerciales más significativas, y es desde donde se ejerce el control de la producción y la intermediación laboral para ofrecer los productos que son producidos en los pueblos de San Juan Chamula, Amatenango del Valle y Zinacantán.

Foto: Mauricio Sánchez

San Juan Chamula

Comunidad Tzotzil famosa por sus tradiciones y festividades, localizada a 10 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas. Escenario principal de la Guerra de Castas en 1869. Sus habitantes se dedican al cultivo de hortalizas y frutos, y a la cría de borregos de los que obtienen lana para tejer vestidos. Lugar poseedor de una de las iglesias más enigmáticas del país: Iglesia de San Juan Bautista, misma que permanece cerrada a extraños, a la cual podrás entrar pagando un permiso y teniendo cuidado de no alterar las ceremonias y no tomar fotografías del interior ni de los habitantes.

Amatenango del Valle

Pueblo Tzeltal que se localiza a 37 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, conocido por la excelente alfarería que realizan las indígenas, quienes en su elaboración aún utilizan métodos prehispánicos: para cocer las piezas hacen un fuego alrededor de ellas, en vez de hornearlas. Mágico lugar que te permitirá observar a las mujeres con su vestimenta típica de la región, mientras dan forma a un sin fin de artesanías en barro, tales como: ollas, tazones, urnas, jarras, platos y figuras de animales, entre otros.

Zinacantán

Pueblo Tzotzil ubicado a 10 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas en un florido valle rodeado de cerros, en donde destacan la iglesia de San Lorenzo y las capillas de Esquipulas y San Sebastián.

Su habitantes sienten un gran amor por las flores, quienes aparte de utilizarlas en sus ceremonias como elementos primordiales, se dedican al cultivo de las mismas. La riqueza cultural de Zinacanteca podrá ser apreciada en el Museo comunitario «Ik`alojov», edificado en una casa tradicional de paja y barro, cuyo horario de visita es de lunes a domingo de 8:30 a 17:00 hrs.

San Cristóbal, por su cultura contrastante profunda y orgullosa ofrece a los habitantes una confortable estancia. Sitio antiguo y hospitalario donde existen muchas facilidades para transportarse de un lugar a otro, conocer interesantes joyas coloniales, disfrutar de su vida nocturna y presenciar costumbres y tradiciones de Chiapas.

Se lleva a cabo con gran éxito la Expo-Venta Artesanal “Atelier Mono de Papel» en SCLC

Con  gran éxito se llevó a cabo la Expo-Venta  Artesanal “Atelier Mono de Papel ”  que se realizó  en el tradicional Museo “Na Bolom” de San Cristóbal de Las Casas, en donde diferentes productores, artesanos y pequeños empresarios de la zona expusieron sus productos, artículos y creaciones.

En el  marco del evento se contó con la presencia del Presidente Municipal Electo de San Cristóbal de Las Casas, Marco Antonio Cancino González; del Representante Personal del Primer Regidor Migue Ángel Rosas, el Lic. Jose Luis Gómez Hernández; de la Delegada  de la Secretaría del Trabajo en la Zona Altos, Karla Patricia López; de la Presidenta de la Unión de Mujeres Empresarias, Yoana Sarmiento Castillo y de la Presidenta de la organización  “Atelier Mono de Papel”, Elizabeth Zuñiga Cantú, misma que organizó el evento en conjunto con otras asociaciones.

11875066_1610047032596232_7027645018838929568_o

Por su parte, Marco Antonio Cancino dijo que una de las cosas que enriquecen a San Cristóbal de Las Casas  es su diversidad cultural, las artesanías y los artículos hechos a mano, por lo que es muy importante reconocer el trabajo que hacen cada uno de los artesanos, del mismo modo felicitó a los creadores del evento y los exhorto a seguir realizando este tipo bazares que promueven  el trabajo de los artesanos locales y  aseguró que en su gobierno siempre encontrarán el apoyo necesario para fortalecer  a este sector de la sociedad.

Por su parte, la Presidenta de la Unión de Mujeres Empresarias, Yoana Sarmiento, felicitó a las organizadoras del evento  Yolanda Cabrera Bertoni,  Jade Binizia Cantú Luna y Elizabeth Zuñiga Cantú, a quienes les reconoció el gran trabajo y apoyo que brindan a los artesanos locales.

Dentro de la gran variedad de artículos exhibidos destacan: diseños de textiles, pox y vino artesanal, productos naturales, accesorios para dama y caballero, artículos para mascotas, ámbar, entre otros.

11850645_1610046932596242_887960678541918692_o

11856448_1610047022596233_3966729510026570776_o

11886191_1610046895929579_7332430837715700718_o 11890333_1610047002596235_844472329803268891_o

Exhibirán en España telares de la civilización Maya

La exposición temporal «Tejiendo identidades: símbolos y tradición en la indumentaria maya» abre mañana sus puertas en el Museo de América para, hasta el 30 de octubre, mostrar la rica tradición textil de la civilización maya que muchas comunidades de México y Guatemala -y, en menor medida, de Belice, Honduras y El Salvador- aún conservan.
«Aunque todo el mundo sitúa a los mayas en la época anterior a la conquista española, esta cultura sigue viva y está representada por más de seis millones de personas», explica a Efe Estilo Beatriz Robledo, comisaria de la exposición.
Las comunidades indígenas, especialmente las mujeres, han recogido una tradición milenaria, manteniendo los telares de cintura como métodos de producción y los elaborados motivos decorativos que plasman en las vestimentas, aunque «como es normal, con la llegada de los europeos se han introducido nuevos materiales y pigmentos sintéticos», explica Robledo.
La exposición recoge fotos de comunidades mayas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, así como prendas de los archivos del museo, que han sido usadas en su día por los mayas, a lo largo de los últimos cien años.
La muestra abarca desde el año 1920, del que data la prenda más antigua, elaborada con pigmentos naturales a base de cochinillas, caracoles púrpuras o ramas; hasta prendas de los años 80, con colores sintéticos que permanecen vivos como el primer día.
Telar maya
Los adornados y coloridos «huipiles» (una especie de blusa), «cortes» (faldas) se complementas con un «su’t» o «tzute» -una tela que protege del sol y ayuda a transportar elementos sobre la cabeza- fajines y accesorios para el pelo que, trenzados, pueden llegar hasta el suelo.
Aunque la climatología de la zona ha hecho que, a diferencia de lo ocurrido con la cultura andina, las telas de la comunidad maya prehispánica no hayan sobrevivido hasta el día de hoy, la exposición pone de manifiesto que los «huipiles» y «tzutes» ya eran prenda habitual hace milenios.
Como prueba de ello se exponen documentos como el Códice Trocortesiano, de la época clásica (1250-1500) o las representaciones precolombinas de la diosa Itchell, que luce acompañada por un típico telar de cintura, «de modo que las películas que muestran a los mayas semidesnudos no están muy bien documentadas», argumenta Robledo.
«Tejer es para los mayas sinónimo de regeneración», cuenta la comisaria, «por eso la diosa Itchell es, al mismo tiempo, deidad de las tejedoras y de la maternidad».
Las técnicas para construir los complicados símbolos que se plasman en los «huipiles» tardan años en perfeccionarse: «Las niñas empiezan tejer sobre los cinco años», explica Robledo, que añade que «su objetivo es perfeccionar la técnica para elaborar su ‘huipil’ de boda», que se convertirá en el símbolo de sus destrezas y capacidades ante la comunidad.
Las prendas de la colección están llenas de motivos geométricos, «especialmente de rombos, que simbolizan la comunidad maya en el universo», cuenta la comisaria, pero también abundan los sapos -símbolos de la lluvia y, por ende, de la fertilidad-, los venados y los árboles.
La forma de la ropa, los colores y los símbolos plasmados en las prendas representan la pertenencia a una u otra comunidad, «de manera similar a lo que pasa en España con los trajes regionales», ejemplifica la encargada de la exposición.
El material que reina en las vestimentas mayas es al algodón, siendo la variedad de algodón marrón, el cuyuscate, especialmente valorado, aunque el amplio rango geográfico en el que se extienden las comunidades hace que materiales como la lana sean necesarios.
Una de las piezas estrellas de la colección es una tela de más de cuatro metros cedida por un colectivo de tejedoras de Chiapas, que sirve como un muestrario de todos los motivos decorativos, más de 89 diferentes, y de lo que representan.
La larga tela sirve de muestrario y de guía para que las jóvenes de la comunidad aprendan a representarlos porque «para los mayas, una prenda es más que protección y estética, es un verdadero símbolo de identidad», concluye Robledo.

Por: Agencia EFE

Carnaval zoque coiteco: Galería fotográfica

Los fotógrafos Sergio Arreola y Alonso Vargas, el primero es estudiante de la licenciatura en Comunicación y el otro estudiante de la maestría en Estudios Culturales, ambos en la UNACH, nos comparten nuevamente una galería fotográfica.

En esta ocasión, Sergio y Alonso retrataron instantes mágicos de la celebración del carnaval zoque de Ocozocoautla, una de las festividades de mayor arraigo y tradición en Chiapas, con sus Mahomas, Tigres, Tatamonos, y otros personajes representativos de la celebración.

El carnaval zoque coiteco dura cuatro días y se puede apreciar la música tradicional, comida típica y danzas indígenas. Originalmente este carnaval celebraba a varios dioses y en especial a Tajaj Jama (Padre Sol, en lengua zoque).

Durante el ritual se ofrendaban almácigos de maíz en recipientes especiales y los jóvenes de ambos sexos con vestimenta muy decorada, pedían a las divinidades que fueran buenas las cosechas.

¡Disfruta y comparte!

Riqueza textil: los hilos de Chiapas que nos conectan con el pasado

Huipil de San Andres Larrainzar - Foto: Karen Elwell

Huipil de San Andres Larrainzar – Foto: Karen Elwell

Uno de los productos más bellos y conocidos del arte chiapaneco son los textiles. Además de su atractivo colorido y de sus bellas formas, los textiles que las comunidades indígenas chiapanecas hacen hoy en día provienen de una tradición muy antigua; esto permite rescatar formas, colores e incluso creencias de los pueblos de la zona.

La palabra textil proviene del latín textiles y se refiere a toda clase de confección realizada a base de un tejido. Confeccionar un textil es una de las actividades más antiguas. La humanidad, al tener la necesidad de cubrirse de los embates de la naturaleza y el clima, tuvo que desarrollar una tecnología para obtener abrigo y protección para su cuerpo.

Poco a poco, una actividad básico como ésta fue tomando vida propia; ya no sólo se trataba de cubrirse, sino que el descubrimiento de nuevos materiales y colores permitió que los textiles y la ropa se convirtieran en una oportunidad para experimentar colores y diseños, y se transformaron también en símbolos de estatus social y poder.

Los restos del tejido antiguo en Chiapas

Un textil nos dice mucho acerca de quien lo porta y de la comunidad en la que fue realizado, ya que podemos conocer, además de creencias y símbolos, los materiales de que disponen, las técnicas que conocen y sus intereses estéticos.

En la actualidad se conservan muy pocas muestras de textiles antiguos, debido a que el material orgánico con el que fueron elaborados, a partir de fibras vegetales, tiende a descomponerse y desaparecer. Por fortuna en Chiapas se han encontrado restos de textiles que, gracias a condiciones particulares de temperatura y humedad, no se perdieron y nos permiten tener una muestra de las prendas que confeccionaban los antiguos pobladores el estado.

Textil de Tenejapa -  Foto: Karen Elwell

Textil de Tenejapa – Foto: Karen Elwell

Algunos fragmentos de textiles prehispánicos, se exhiben en el Museo Regional de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez, fueron encontrados en cuyas condiciones hicieron posible conservarlos a través de los siglos. Una de éstas es la de la Garrafa, en la que se hallaron, además de una momia infantil y otros elementos que la acompañaban como ofrenda mortuoria, un huipil de niña teñido en azul, una manta y una camisa que han sido fechados en el siglo xv por los arqueólogos.

Cerca de Comitán se encuentra la cueva de Chiptic, en la que también se hallaron fragmentos de textiles antiguos. El arqueólogo Blom escribe que encontró “una pareja de largas piezas de algodón, decoradas en colores”. El textil de estos fragmentos, al parecer, fue pintado después de tejido con una técnica similar a lo que conocemos actualmente como batik.

Se sabe que en Chiapas se utilizaban plantas como el añil silvestre, del que se obtenía un color azul, y el achiote, del que se podía obtener un anaranjado rojizo a partir de sus semillas. Los colores se extraían principalmente de las plantas, aunque también se usaban pigmentos minerales y animales.

Las cuevas chiapanecas, pues, nos han dejado un legado importante: la conservación de pequeños pero valiosos fragmentos textiles que nos dan una idea de lo que los pobladores antiguos de esta zona hacían con sus hilos.

Con el hilo de la vida en sus manos

Aprendiendo el arte del textil - foto: llhuicamina

Aprendiendo el arte del textil – foto: llhuicamina

Las niñas indígenas chiapanecas son instruidas desde pequeñas en el arte de tejer y se les enseña el proceso de fabricación de un textil. En el caso de la lana, la instrucción comienza a partir del momento en que el animal es trasquilado y la lana es sometida a una serie de procedimientos para poder hilarla y tejerla: se limpia, después se lava con una planta saponaria o jabonosa, para posteriormente hilarla, y teñirla si así se requiere. Muchas comunidades crían sus propios borregos, pero compran lana trabajada por otros para hacer prendas que serán vendidas. En pocas palabras, el proceso de la vestimenta es cuidado desde la recolección y el procesamiento de los materiales, y a cada una de las etapas se le dedica tiempo y cuidado. Esto demuestra la importancia que el trabajo de la tejedora, que empieza a serlo desde niña, tiene en la vida del hogar y la comunidad.

La admiración que la vestimenta indígena nos provoca, con sus formas y colores, es producto de este arduo trabajo. Son muchas las prendas que las comunidades hace, pero quizá las más conocidas sean los huipiles, túnicas sueltas sin mangas, compuestas de dos o más lienzos. Algunos son cortos, para cubrir únicamente el torso. Otra pieza fundamental de la vestimenta femenina es el enredo (una especie de falda) que, como su nombre lo indica, es una pieza de tela que se enreda alrededor del cuerpo de la mujer y que puede sostenerse por sí sola o sujetarse con una faja. En la vestimenta masculina chiapaneca podemos destacar el uso del cotón, que es una especie de jorongo, generalmente hecho de lana, sin mangas y con una abertura para la cabeza. Existe otra prenda muy similar, pero con mangas, llamada chamarro, y que funciona como un abrigo para cubrirse del frío.

Bibliografía: Gobierno del estado de Chiapas: “Chiapas el hallazgo de un tesoro”, terracota, junio 2010.