Patishtán visita a reclusos y acude a evento católico

Como parte de una promesa que el profesor indígena Alberto Patishtán le hizo a sus compañeros reclusos, el día de ayer domingo visitó del Centro Estatal para la Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 5 de San Cristóbal de Las Casas, en donde les expresó su apoyo para que ellos también obtengan su libertad.

Posteriormente, Patishtán acudió a un evento católico realizado a un costado de la Catedral de San Cristóbal, organizado por Radio Tepeyac de ese mismo municipio. En su participación habló sobre la cercanía que mantiene con Dios y dijo que fue él quien le dio fuerzas en 13 años que estuvo preso injustamente.

Foto: Pozol Colectivo

Foto: Pozol Colectivo

Al aire libre y ante una ligera llovizna, muchos católicos y personas no creyentes pero conocedores del caso Patishtán, escuchaban con atención las palabras del “profe”.  Ahí reveló que cuando estuvo preso “en los momentos difíciles yo comenzaba a hacer mi santo rosario, hacia yo doce rosarios en el día, siempre cantando alabanzas, decía yo Dios está conmigo, quién podrá contra mi.

“Por más que quieran acabarme pero si Dios me da la vida tengo que disfrutarla, l mayor riqueza que Dios nos da en estos momentos es que ya amanecimos vivos,  ya comimos gracias a Dios, yo creo que no necesitamos otros milagros, hay que reír la vida”, dijo quien estuvo sentenciado por la muerte de siete policías y que recientemente fue indultado por el presidente Enrique Peña Nieto.

Unas horas antes, en su visita al CERSS de San Cristóbal se reencontró con Alejandro Díaz Sántiz, integrante de La Voz de El Amate y quien lleva 15 años por delitos “injustos”, al respecto, en la Catedral comentó que “no todos los que están en la cárcel son culpables, tampoco descarto sí hay culpables también. La mitad son inocentes. Son nuestros Cristos que están encerrados”.

Y agregó: “hace ratos platicamos con mis amigos del Cereso, me decían, soy pobre estoy sufriendo, sí yo lo sé pero hay otros que sufren más, están peores que nosotros. Les platiqué, que [una vez] mis hijos [me dijeron] mira papá estamos tristes en la casa porque no tenemos nada que comer, y qué están comiendo les digo, pues unos frijolitos y unos huevitos [respondieron], les digo, denle gracias a Dios porque hay unos huevitos, hay otros que ni a eso llegan”.

Por último Alberto Patishtán dijo que no hay que estar solamente en la iglesia sino que “hay que tocar palpablemente a la gente que sufre; yo aprendí en la cárcel que a veces los enfermos están cerca, hay que orar por el enfermo, esta bien pero cuando se puede ir a ver a la persona acostada en la cama y ayudarla, qué mejor”.

Campaña por la liberación del activista digital Gustavo Maldonado

GUMALO

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Debido a que han criticado a las autoridades a través de las redes sociales, varios activistas han sido encarcelados en México, en el caso de Chiapas, el asunto de Gustado Maldonado López es el más reciente.

Desde la cuenta en Twitter @gumalo3105 titulada como “Legión Chiapas”, Maldonado López compartía información con la que denunciaba los abusos de Samuel Toledo Córdova, presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, además de que criticaba al gobierno estatal encabezado por Manuel Velasco.

 

 

Acusado por el delito contra la salud en la modalidad de narcomenudeo, este 9 de noviembre, el activista digital cumplirá tres meses preso en el penal de El Amate, localizado en el municipio de Cintalapa. Ese fue el cargo que le imputó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) a través de una denuncia anónima.

El comunicado de prensa de la PGJE fechado con 09/08/2013 dice que “Gustavo Maldonado López fue detenido en posesión de 15 dosis de cocaína en polvo y cinco más en forma de piedra de las denominadas Crack. La captura se registró sobre la 3ª. Norte y 5ª. Poniente de Tuxtla Gutiérrez”.

El 3 de octubre pasado, a través de un tercero, Gustavo publicó en su cuenta de Facebook “saludos, gracias a todos por acordarse de mí, reciban un fuerte abrazo no olviden que la lucha no termina. Amo a mi estado y me he enterado que está pasando una situación muy fuerte, hermanos, ánimo, ustedes son la esperanza de un mejor mañana”. La última actualización de esa cuenta fue un día después.

El defensor de Derechos Humanos, Jesús Robles Maloof, escribió en su blog que la noche del jueves 8 de agosto, Gustavo Maldonado cerró su cibercafé y se dirigió a comprar una hamburguesa, ya de regreso a casa de sus abuelos, una persona vestida de civil le gritó:

–Gaby, hola –¿Cómo estás?- le decía un desconocido a unos 10 metros-.

Gustavo siguió adelante, hasta que otro hombre lo abrazó y dijo:

-¿Eres Gabriel no? Ya te tenemos. Te vamos a presentar solamente-.

Jesús Robles narra que al chiapaneco los subieron a un Tsuru Blanco y lo trasladaron a una agencia especializada en delitos contra la salud. Lo acusaban de tráfico de drogas a pesar de que las autoridades nunca mostraron evidencias físicas. De esta manera, en menos de 24 horas el Ministerio Público lo consignó a la prisión del Amate.

Lo sospechoso del caso de este joven que forma parte del grupo identificado como Anonymus, es que fue detenido la misma tarde que publicó un video denunciando corrupción, también difundió que el gobierno de Chiapas compró un software espía para monitorear las redes sociales.

En otra entrada en su blog, Jesús Robles comparte un parte informativo elaborado por Carlos Mario López Gómez, 2do. Comandante de la Unidad de Búsqueda de la PGJE, quien redactó que tras la denuncia anónima efectuada el 13 de abril del presente año (cuatro meses antes de la aprehensión de Gustavo), acudió con un equipo GT-200 y “tarjetas sensoras de cannabis y cocaína” en la esquina que forman las calles 5ª Norte y 3ª Poniente, dando como positivo que ahí se encontraban esas sustancias.

Cabe destacar que el “detector molecular” GT-200, utilizado para buscar armas, explosivos y drogas, es un fraude ya evidenciado científicamente por lo que su uso está prohibido. Incluso, la Academia Mexicana de Ciencias ya realizó una evaluación para confirmar la completa inutilidad del GT200, mientras que en Gran Bretaña, su fabricante fue juzgado y condenado a 7 años de prisión.

Ante todas estas anomalías la campaña más reciente que ha surgido exigiendo la libertad de “Legión Chiapas” es la firma de una petición virtual en donde se denuncia que la única prueba contra el activista es una denuncia anónima y el testimonio de los policías.

En la petición virtual dirigida a Manuel Velasco Coello y creada por Jesús Robles Maloof, se menciona que aunque la acusación formal versa sobre delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, en realidad, las autoridades chiapanecas lo persiguen por ser un crítico del gobierno en las redes sociales.

Y agrega que “el artículo 7 de la Constitución dice que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos”.

Aunado a esta estrategia de presión hacia las autoridades, para exigir la libertad de Gustavo Maldonado López, Anonymous Iberomérica también tiene la campaña #FreeLegionChiapas a través de la operación #OpFuckMexicanPower.

Para conocer más sobre el caso de Gustavo Maldonado López, visita el siguiente blog http://roblesmaloof.wordpress.com/

Si deseas firmar la petición virtual, ingresa a https://www.change.org/es-LA/peticiones/manuel-velascom-freegumalo

Carta abierta al maestro Alberto Patishtán

¿Cómo le cuento maestro? Qué hace unos días, mientras viajaba en un camión destartalado rumbo al mar, un niño sacó la cabeza por la ventana mientras el aire golpeaba sus mejillas frescas y el pelo acompasaba la alegría de su rostro, y era como un paloma en mitad del aire. Y el pequeño sentía alegre la libertad  de ir con su familia a disfrutar de la playa. Y es que la libertad se mide por el aleteo de un pájaro, quizá de quinientas voces. La libertad de caminar por la hierba fresca entre la niebla matinal, es correr por el campo abierto abrazando la nada. ¿Cómo le explico maestro? Sí hace tanto ya desde su injusto encarcelamiento. Desde que le cambiaron los libros de matemáticas y álgebra para dictar la clase, por las hojas de un expediente criminal para esperar una sentencia. Desde que suciamente fue presa de la injusticia de la justicia mexicana. Desde que la mano cruel levantó impunemente su dedo acusador para enjaular su voz. Hace más de una década y aún el libertario pájaro de su corazón sigue cantando, a pesar de los intentos por acallarlo. Hace más de un década que lo arrojaron a esa celda fría, de muros centinelas custodiados por los perros oficiales. ¿Cómo decirle maestro? Qué hace mucha falta aquí afuera, para educar a su gente, para que una niña tsotsil  pueda algún día leer el Principito, y que la tierra espera a ser labrada, y en su casa algunas tortillas recién salidas del comal aguardan su regreso, maestro.

prof-patishtánAhora que sus ojos están cansados de caminar por las injurias y las mentiras escritas con la tinta institucional, de amparo en amparo por los tribunales sin alma ni conciencia. Ahora que encontró a otros Alberto Patishtán, presos inocentes, por toda la república corrupta. Otros que como usted han comenzado a elevar sus voces como las trompetas que derribaron el muro de Jericó. Desde que comenzó a ayunar, para gritar las injusticias y el trato sanguinario que minan la condición humana de los reos, de quienes como usted, nos enseñan que la dignidad no debe ser pisoteada. Porque no sólo de pan vive el hombre, su huelga, era una huelga de hambre de justicia. Hambre que traspasa esas tristes paredes del Amate.

 Por eso, el gobierno intentó callar esa voz, esas voces que proclaman lo que otros callan, ese canto que provoca la sarna de los políticos, y lo querían enviar hasta las remotas Islas Marías, hasta allá, tan lejos, tan perdidos de todo el mundo para que el mundo no conociera el pasado criminal de los ministerios públicos que Constitución en mano se burlan de la patria nuestra, y ríen como hienas enfebrecidas por el olor sucio del poder.

Los ricos son quienes compran la justicia, a los corruptos de grandes hocicos, se les premia con un puesto en el gobierno o una candidatura; a nosotros, los pobres, los expulsados de todas partes por levantar la voz, nos esperan las persecuciones por las calles, los puntapiés en el trasero, la tortura desquebrajando el rostro de la miseria, la cárcel, la muerte penitenciaria, el odio descerrajado por las balas tricolores.

Mi padre también es un profesor rural, como usted maestro. Y por eso me solidarizo con su hija, Gabriela, a quien le robaron también su niñez, su inocencia, a sus hijos que han pasado tiempo en las cárceles, visitándole y compartiendo su hacinamiento.

Quién le devuelve a Gaby las horas haciendo fila para visitarlo, esos días en que hay que madrugar para llegar temprano para compartir el pan, el llanto y la desesperación. Esa impotencia contenida en los apesadumbrados ojos de sus hijos por la triste agonía de su ausencia. Quién le devuelve los doce años de encarcelamiento. Cuándo el gordo magistrado por fin, en un acto de humildad, le dirá con una mirada sinvergüenza es usted inocente, puede irse a su casa, disculpe las molestias.

¿Quién le quitará las esposas, maestro? Para que tome nuevamente la lucha de los compañeros campesinos, para tomar lápiz en mano y enseñar la multiplicación del seis en alguna escuela en El Bosque. Cuándo se abrirán esas criminales rejas para dejarlo volar nuevamente hacia los Altos, con los suyos, con nosotros. Cuántas marchas a ninguna parte, cuántos gritos silenciados por la represión, cuánto llanto contenido, maestro.

¿Doce años de prisión no bastan? Para devolverle el entierro del amigo, el cumpleaños de los hijos, la peregrinación con los compadres, el nacimiento de los nietos.

En unos días, usted cumplirá 42 años, es por eso que le envío esta carta desde mi atolondrado corazón, estas miserables letras de cariño y respeto, quisiera mandarle también un regalo, lo juro, pero soy un estudiante pobre y no tengo más.

A usted, y  a todos los presos políticos que todos los días se levantan para seguir luchando, que le dan una lección de dignidad a este país, a ustedes me fundo en un abrazo proletario.

 Y cantemos juntos también, en cualquier lengua, en tsotsil, en maya o en francés, que la Verdad no tiene fronteras, que escuchen que en este país los Derechos Humanos se venden como fruta fresca en los súper mercados.  Cantemos hasta que se tatúen perpetuamente en cada oído del mundo su porfiado canto, cada vez más fuerte de Justicia y Libertad.

Darwin Pereyra.

Suchiapa, Chiapas.