Los Chuntás y el Abrecampo

Los Chuntás o «Chuntáes» son hombres vestidos de mujeres imitando a las sirvientas de doña María de Angulo que salen a anunciar la fiesta por las calles del pueblo y acompañan a los carros alegóricos donde se pasea la distinguida joven elegida cada año con el rango de la española mientras va por las calles tirando a la gente monedas, dulces y otros regalos.

6804415327_5cc3fc46cc_zLos Chuntá danzan con vistosos trajes, mascadas en la cabeza sobre la cual portaban canastos adornados con banderitas llenas de viveres que iban regalando a los habitantes del lugar mientras recorrían las calles bailando al son de bayashando (música tradicional de tambor y carrizo).

El vistoso desfile que las Chuntá ofrecían acompañadas con música de viento, tambores, vivas y chinchines, seguía la ruta marcada por los «AbreCampo».

AbreCampo

ABRE CAMPO FIESTA GRANDEEl Abrecampo representa al hombre encargado de establecer orden entre la multitud que se aglomeraba para recibir los regalos que doña María de Angulo habia mandado a traer de tierras lejanas, así estos hombres con voz enérgica gritaban: » ¡ Abran Campo que pase doña María de Angulo!»  mandato al cual la gente se replegaba sin titubeo. Actualmente es el hombre que desfila con una escoba con el cuerpo pintado de negro para apartar a los transeúntes y abrir camino a las pandillas de Chuntás.

Fiesta Grande de Chiapa de Corzo

La Fiesta Grande

Cada año en el mes de enero se lleva a cabo en la heroica colonial ciudad de Chiapa de Corzo, una de las fiestas con mayor tradición de México, que está siendo reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En esta fiesta se celebra a sus principales santos y se reviven sus tradiciones. .Definitivamente es el evento más importante que reúne a más miembros la comunidad chiapacorceña que llegan de lejos a vivir la fiesta.

Es una fiesta que se vive con el corazón y que toca los sentimiento más profundos del Chiapacorceño. Iniciaa el día 8 cuando se anuncia la fiesta y termina el día 23 cuano se realiza el cambio de Priostes y los Parachicos asisten a una misa y acompañan al Patrón hasta su casa, para asi despedir la fiesta y esperar un año a que nuevamente empiece.

 ¡ Comienza la arrechura!

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¡Las chuntá!

Junto con los parachicos y las chiapanecas ; con semejante peso durante la fiesta; las chuntá – chuntaes sin especificar bien el nombre porque de acuerdo al español “el chiapaneca” no maneja el plural; salen durante la fiesta de Enero de la colonial y actualmente pueblo mágico de Chiapa de Corzo, para encarnar a un personaje misterioso  en su origen pero indispensable para disfrutar y comprender esta tradición que engalana a la ciudad durante su gran muestra, su breve y singular espacio.

Hombres vestidos de mujer, mujeres y niños rinden culto a los santos , se integran a  la tradición, se rinden a la arrechura entre baile y alcohol salen a las angostas calles para la adoración de los protectores divinos.

Las que evocan a las criadas de María de Angulo abren con alegría que viene desde muy adentro, desde hace mucho tiempo, cimbran la ciudad y recuerdan más allá de la arrechura característica principal de los poderosos parachicos, que se cocinan en otros vapores  la generosidad de una dama que correspondió a la gloriosa Chiapa de Corzo.

Foto de usuario: imaginame

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La danza de los parachicos

La bulla, la  algarabía, el tenor de la música y la comida compartida son algunos elementos que conforman a la fiesta grande de Chiapa de Corzo; cuando más cansado estas siempre llegan aventándote confeti, te gritaran y saludaran con alegría invitándote a bailar con ellos.

Sentiras la alegría y la energía que solo los parachicos contagian asi mismo la mirada de la chiapaneca que cautiva con alevosía y envuelve como a Nambué, las aguas del Rio Grijalva.

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Día de muertos, una tradición más viva que nunca

El día de muertos es una de las tradiciones más bella en Chiapas, pero lo que más hemos conservado como una de nuestras costumbres, es el salir a pedir calabacita, el cual se celebra el día 1 de Noviembre, que sin lugar a duda reanima el día de muertos, se dice que esta costumbre de salir a pedir calabacita es por dar culto a nuestros difuntos que murieron en algún tipo de accidente, almas de niños o de personas que se fueron de este mundo sin la posibilidad de arrepentirse.

Los cánticos, los disfraces, los botes sonando son partes esenciales de esta tradición con su clásico canto:

“Somos angelitos, del cielo bajamos

Pidiendo calabaza, para que comamos

No queremos vino, tampoco cerveza

Lo que queremos es lo que hay en la mesa”

“Calabacita tía”

Al final de este canto, si la persona les obsequia dulces, las almitas gritan “Que viva la tía” y si no gritarán “Que muera la tía”.

Esto es lo que nos identifica, lo que nos llena como Chiapanecos, rendir culto y respeto a nuestro muerto, a quienes se nos fueron antes de tiempo y seguir con esta tradición que es una de las más bellas e importantes de nuestro estado.

La tradición del niño florero

Es de las tradiciones que se pueden vivir todos los años en Chiapas y se lleva a cabo en varios lugares del Estado, especialmente en Chiapa de Corzo.

En esta tradición participan aproximadamente unos 500 jóvenes, y año con año se incrementa el número de participantes. Del 14 al 23 de diciembre se celebran misas, caminatas, rezos, flagelación y mucha fe. Todo comienza con una misa en la Iglesia del Calvario y el 15 de diciembre en la madrugada inicia el peregrinas hacia las montañas, desde la Depresión Central hasta los Altos de Chiapas, se visitan las comunidades de Navenchauc, Mitzitón y Multaho.

El reto de los niños floreros no es sólo el peregrinas, quienes están acostumbrados a temperaturas calurosas, el reto está en soportar las temperaturas bajo cero de las comunidades de los Altos en esta temporada, además de encontrar y cortar las flores de Niluyarilo, bromelias que nacen en lo más alto de los árboles de esta región. Son siete los días que los floreros están fuera de su casa, durmiendo a la intemperie, soportando frío, lluvias, incomodidades, durmiendo en el suelo, mal comidos, con cansancio pero todos con gran devoción, cumplir su manda y traer sus docenas de flores para la iglesia, donde entregan una cantidad determinada y lo demás se les queda para su propio nacimiento o de familiares más cercanos.

Cada florero va equipado con los utensilios necesarios para sobrevivir en las montañas durante siete días, así como también llevando alimentos porque estando allá arriba pierden contacto con su familia, solamente dos días son visitados en lugares ya determinados en donde les llevan alimentos y conviven con sus familiares. El 21 de diciembre en un lugar denominado como “La topada de la flor”, gran parte de la población se traslada desde muy temprano a ese lugar a seis kilómetros aproximadamente del centro de la ciudad hacia la periferia y después de un número determinado de misas y rezos, cerca de las tres de la tarde, población y floreros regresan al pueblo satisfechos por la encomienda cumplida

[box type=»info»]La flor de Niluyarilo – palabra tzotzil que significa «flor de pluma», que semeja a una pequeña mano. [/box]

El día 23 de diciembre se hace el último rezo para finalmente emprender la salida hacia la Iglesia de Santo Domingo e iniciar la construcción del nacimiento o altar del niño Dios, el cual puede visitarse hasta el 6 de enero.

Visite la Iglesia de Santo Domingo en Chiapa de Corzo y admire este maravilloso altar, creado con la flor de Niluyarilu, que no sólo es una flor hermosa, es la promesa cumplida y hecha realidad en ofrenda al niño Dios en vísperas de su nacimiento.

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Los Orígenes de la  Flor de Niluyarilo

El cronista de Chiapa de Corzo —municipio de unos 60 mil habitantes, de los cuales 5.32% son indígenas, en su mayoría tzotziles— asegura que la tradición de los “floreros” proviene de una leyenda que relata la llegada a las orillas de la laguna de Navenchauc, del actual municipio de Zinacantán, de un hombre y una mujer desconocidos con un niño recién nacido en brazos. La tradición oral tzotzil refiere que los esposos dejaron al niño sobre un árbol para luego introducirse a la laguna no sin antes acordar que él se convertiría en el Sol para darle calor al niño, y ella en la Luna para protegerlo y cuidarlo por las noches.

A medida que la pareja se hundía en las aguas de la laguna, el niño los despedía agitando sus manitas mientras se convertía en una flor de pluma, el niluyarilo tzotzil. “Por eso es que la flor parece una mano pequeña”, aseguró el cronista. Luego de una caminata de ocho días por los bosques de pino para recoger el niluyarilo, los 470 “floreros” llegaron hasta la ermita del Niño Florero en Chiapa de Corzo para iniciar su procesión por templos, plazas y casas en donde se venera al Niño Jesús. Cada uno de los “floreros” lleva sobre su espalda las flores que son cuidadosamente depositadas en el pesebre donde habrá de nacer el Niño Jesús.

Fotografías: René de Jesús Araujo y Roberto Cañaberal
Texto:  TursimoChiapas.gob.mx

El Weya-Weyá, tradición de carnaval en Copainalá

Copainalá, Chiapas.- Como cada domingo antes del miércoles de ceniza y tal como lo dicta la tradición zoque de Copainalá, el “Weya-Weyá” salió a las calles del pueblo y aún con la ligera lluvia que caía, hizo sonar su matraca y danzó en compañía de su esposa, sus hijas y yernos para la llegada de la cuaresma, la posterior persecución de Jesús y su crucifixión.

 Esta representación, la del “ser mitológico de los zoques”, marca también el inicio de la celebración de carnaval en Copainalá, la cual se viene celebrando desde hace más de cincuenta años, según cuentan los mayordomos, músicos y danzantes que intervienen en esta fiesta que guarda gran significado, misticismo y religiosidad.

En entrevista, Cirilo Meza Gómez, músico y mayordomo zoque cuenta que esta danza tiene gran realismo ya que “se basa en una leyenda muy conocida entre las y los copainaltecos y que a pesar del paso de los años está arraigada entre la población que la sigue transmitiendo a las nuevas generaciones que pueden conocer a este hombre que aparece por las calles una sola vez cada año”.

Meza Gómez compartió su experiencia de participación en esta fiesta al expresar que con la danza de El Weya-Weyá la gente sabe que se inicia el carnaval, es momento de celebrar y de la llegada la cuaresma, además de que es el momento en que la gente recuerda a este personaje que vive en la mente de cada uno como el hombre fuerte de las montañas que al toparse con las personas los tomaba de la mano les transmite sus poderes y fortaleza.

El presidente del Comité de Cultura Raíces de mi Pueblo, Luciano Vázquez Pérez, comentó que la preparación para la ejecución de esta danza inician un día antes de que el Weya-Weyá salga a las calles con la adoración de la máscara, una velada con música tradicional y antojitos típicos, misma que culmina el domingo por la tarde con la entrega de reliques que los tradicionalistas realizan y reparten entre los participantes.

“Además se elabora el cupzi que es la bebida tradicional con aguardiente y miel, la cual se reparte entre la gente que ve la danza, quienes se encuentran en las calles, los músicos y los danzantes”, agregó Vázquez Pérez.

Durante los sones en los que se desarrolla la danza, el Weya-Weyá dialoga tanto con su esposa, quien lo interroga sobre qué hizo durante todo el tiempo que estuvo desaparecido, como con los enamorados de sus hijas, a quienes los pone a prueba para ver si son dignos de merecer a sus retoños, a quienes finalmente ofrece en casamiento.

Esta tradición carnavalesca es posible año con año gracias a la mayordomía zoque de Copainalá, al Comité de Cultura Raíces de mi Pueblo, a la Casa de Cultura y a los músicos y danzantes que intervienen en su realización.

Primer Encuentro de la Danza del Parachico

¿Por qué bailan los parachicos?
Para revivir el pasado, para honrar a sus santos, a sus dioses, a sus ancestros. Sí, pero ante todo, para saber que siguen vivos los hombres del río.

En homenaje a los Parachicos, el Comité de Rescate de Magia y Tradiciones invita al Primer Encuentro de la Danza del Parachico, evento que se realizará en la Heroica ciudad de Chiapa de Corzo el cinco de diciembre del 2010 a las 18 horas en la plaza central Ángel Albino Corzo.

Los Parachicos son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, la decisión fue adoptada durante la Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se celebró en Nairobi, Kenia, del 15 al 19 de noviembre. 


Los “parachicos” resumen importantes aspectos de la vida cultural de Chiapa de Corzo; la música autóctona de tambor y pito, la danza, el rezo, la vestimenta, el recorrido, las imágenes, las técnicas artesanales de la laca y de las máscaras, los santos y la comida tradicional son elementos esenciales del patrimonio cultural inmaterial de la población.

Los bailarines recorren toda la localidad llevando las imágenes santas y visitando diversos lugares de culto, y sus danzas comienzan por la mañana y finalizan de noche. Con máscaras de madera esculpidas, tocados con monteras y vestidos con sarapes, chales bordados y cintas de colores, los bailarines van tocando unas sonajas de hojalata llamadas “chinchines”.

Los dirige un patrón portador de una máscara de expresión severa, una guitarra y un látigo, que toca la flauta acompañado por uno o dos tamborileros. Durante la danza, el patrón entona loas a las que los parachicos responden con aclamaciones.

La danza se transmite y se aprende al mismo tiempo que se ejecuta: los niños que participan en ella imitan los movimientos de los adultos.

Fuente: www.unesco.org
Ve el video realizado por la Unesco