Leyenda: la serpiente infernal

La serpiente Infernal
(Leyenda de los Lagos de Montebello)

Hace muchos años, a finales del siglo pasado, cuando la región de los Lagos de Montebelloera únicamente conocida por los dueños de las grandes fincas de esa zona y por los montañeses que tenían entre la selva virgen sus poblados, fue entonces cuando se notó la pérdida de ganado vacuno y caballar sin dejar rastro de ellos. Después, vaqueros desaparecidos con todo y el caballo que montaban. Por todo esto, algunas personas empezaron a sospechar que algo raro y sobrenatural estaba atacando a gente y animales… y se pusieron de acuerdo para vigilar de día y de noche por toda la zona de los Lagos.

Un día cuando uno de los vaqueros hacía su recorrido habitual a la orilla de uno de los hermosos Lagos de colores, vió una víbora con cara de vaca y cuernos que abriendo sus espantosas fauces se tragaba a una res de tamaño grande. El vaquero espoleó a su caballo el cual, dando grandes relinchos se alejó a galope y, llegando a la casa grande (que así se le llamaba a la casa del patrón de la finca), contó lo sucedido… pero fue tal el susto del vaquero que enfermó y a los pocos meses murió. Como se decía, fue de espanto… y por más de las curas habituales en estos casos, falleció.

Desde entonces y con mucha precaución, varios intrépidos empezaron a salir a la caza de este animal, pero nunca lo lograron porque nadie lo volvio a ver y, según la leyenda, se sumergió en lo más profundo de Los Lagos y es por eso que no se ha encontrado el cuerpo de muchas personas que se han ahogado en ellos; algunos han aparecido trabados en raíces, pero los que no han sido localizados jamás, dicen las personas ya muy viejas de esos lugares, que la Sierpe Infernal se los tragó y que no se sabe en que Lago esté, porque todos tienen comunicación en lo más profundo de sus aguas.

Derechos ReservadosD.R. ©
Marta Dolores Albores Albores.
Octubre de 1996.

11 comentarios en “Leyenda: la serpiente infernal

  1. ooooooooooooooooooooooooooooooooo xdxdxddxdxdxdddddd putttttttttttttttttttttttttttttttttttttooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooosssss

  2. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
    Marzo de 2010
    Autor: Roberto Reyes Cortés.
    5º.Reyes.

    =====================LA SIERPE.===============

    Imaginada serpiente confundida en el suelo
    atrapado por trozos de piedra calcinada,
    son para ti estas letras
    de mi mente alucinada.

    No naciste bella, menos hermosa
    no obstante tu regia figura de reptil,
    tiene una fascinación hipnótica, Asombrosa.

    Dejar de mirarte no podría cuando reptando tu talle
    lineal, incandescente espinazo de crujiente rama,
    ese cuerpo tortuoso de cantil cual suave liana,
    hundes furtiva y nadando en el fondo de la poza,
    te conviertes esbelta, policroma,
    en hiedra venenosa.
    .
    De regreso a la orilla cual migaja en la arcilla,
    como aullido del bronce estallado en la hornilla,
    eres brasa de fuego de crisol encendido,
    en la forja viviente de metal extinguida.

    En furor de saeta velozmente lanzada,
    en el claro calvero o pantano del monte,
    te vas en la nada sin volver la mirada,
    regresando al sendero que es tu gris horizonte.

    Te pareces a mí cuando miro la ruta que marché por la vida,
    para estar hoy entrando a una etapa cumplida
    repitiendo mi canto, de canción no aprendida,
    observándote a lejos, dibujada en la bruma,
    recostada en el barro en un claro de luna.

    Repta fuerte, camina sin detenerte en la orilla,
    debes llegar a tu puerto, tu destino es el desierto;
    olvida el ayer transcurrido, es enigma indescifrado
    de caminar y del tiempo, que te hubiera precedido.

    Leve golpe hecho vaivén de sonido en la tierra,
    como del tren sobre riel señalando van tu rumbo,
    con el tacto de tu piel.

    Vientos suaves de la lluvia se deslizan en tu espalda,
    son esmeralda de azahares que con tortuosos andares,
    espantan a las palomas, que se agitan en los bares;

    En el sonido del aire escucho una triste nota
    y entre los mangles febriles, se baila una danza loca,

    Suena macabra, la orquesta que los
    árboles tocaran con cadencias voluptuosas,
    en recital de fantasmas húmedos desde la fosa,
    danzan despojos sin almas, bajo una pesada loza,
    espeluznantes marañas de huesos quemados y rosas.

    Por este obsesivo sueño me despierta la vigilia,
    cuando avanzas truculenta reptando tu cuerpo helado,
    blando, seco, frío, sin venas, sobre el mío a paso lento,
    en mi abdomen enrollado.

    En el campo, en la pradera, lampos de nubes etéreas
    vagan con prisa dorada robando signos al sol,
    que lanza furiosos rayos a mi sierpe figurada.

    Fin

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