El estado mexicano de Chiapas es famoso por la salvaje inmensidad de la selva Lacandona, por la belleza colonial de San Cristóbal de las Casas, y por las ruinas de Palenque, enigmático vestigio maya de belleza piramidal. Y sin embargo fue el morbo revolucionario del Subcomandante Marcos y su guerrilla zapatista el que terminó de situar en el mapa a este rincón del mundo, un pulmón que además ostenta el honor de ser, en parte, Reserva de la Biosfera.
Viajar a Chiapas es robarle a la historia un trocito de leyenda. Con sus luces y sus sombras. Es entrar en un territorio tan inhóspito como acogedor, tan futurista como ancestral. Comprobar que los extremos pueden resultar muy parecidos. Es la tierra de los horizontes verdes e infinitos, de los baches en la carretera, de los improvisados frijoles a pie de calle, de las funerarias que se llaman “El último viaje” y de los autobuses que salen cuando se llenan y le viene bien al conductor. Ni un minuto antes, ni uno después. Es el lejano sureste mexicano. Una aventura tan interactiva como la propia vida.
Hemos elegido siete buenas razones por las que debes descubrir Chiapas.
1. LOS DESAYUNOS DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS
Es cierto que sus casas de colores harán trabajar mucho a tus retinas. Su soleado atractivo color pastel es irresistible. Es lógico que sus mercadillos te atrapen si te gusta el regateo, la charla alegre y la artesanía simbólica. Es natural que admires sus Iglesias centenarias dónde casi podrás visualizar cómo evangelizaban los acompañantes de Colón hace ya muchos siglos.
Tampoco serás inmune al ajetreo cosmopolita de sus calles donde abunda la bohemia internacional, los profesores de universidad, los estudiantes y los voluntarios a medio camino entre la Rivera Maya y la paz de sus conciencias, una tribu interesante y parlanchina que se junta al atardecer en las geniales vinotecas de la ciudad. Pero como San Cristóbal es la base de operaciones perfecta para descubrir Chiapas, lo que más llegarás a venerar serán sus deliciosos desayunos. Pura energía. Frutas tropicales, cereales, pan dulce, yogures naturales…la lista es larga y lo que es mejor, absolutamente saludable. No dejes de encontrar tu café favorito y ándale. Lo agradecerás.
2. LA MAGIA MAYA DE PALENQUE
No son las ruinas más espectaculares de la zona, pero su ubicación en pleno corazón de la selva corta el aliento y las convierte en imprescindibles. Una misteriosa atmósfera parece rodear a las piedras grises de Palenque, cubriendo de fino polvo de hadas su belleza icónica y laberíntica dónde todo parece obedecer a un plan superior y casi siempre ininteligible. Subir a los templos de pirámides escalonadas, recorrer el Palacio y dejarse impregnar por el súbito silencio que a veces parece soplar por la zona como una corriente benigna tiene algo de irrepetible. Basta con que pienses que buena parte de la antigua ciudad esta todavía por excavar. Si quieres completar la visita puedes empaparte de cultura maya en su Museo y volver a casa preguntándote qué querrían decir los mayas cuando legaron a la historia sus intrincados jeroglíficos.
3. LOS SAPOS MULTICOLORES DE LA SELVA LACANDONA
Es cierto, no es el animal que más apetezca acariciar, pero se tiene tan a mano que es difícil que no acabe gustándote. Al menos un poquito. La flora y la fauna de la selva no dejarán de maravillarte y es muy posible que cuando te digan que caminas entre jaguares y boas constrictor te olvides de los simpáticos sapitos. Disfruta del olor de los cedros rojos, de las mil tonalidades del verde y de la suntuosidad de los árboles de caoba. Y recuerda que estás en uno de los pulmones más inexplorados del planeta. Tanto que sus orígenes se remontan a los primeros asentamientos mayas, cuando su nombre era Lacan-Tun (que traducido significa piedra grande) y los españoles fueron suavizándolo hasta convertirlo en Lacandona.
4. LA COMUNIDAD INDÍGENA DE SAN JUAN CHAMULA
Es una de las comunidades indígenas más grandes del mundo –unos 60.000- y aunque esta muy cerca de San Cristóbal, la realidad parece encontrarse a mundos de distancia. Quizá lo que más sorprenda es cómo sus habitantes han dado la espalda a todo lo católico, preservando los templos de la época española, pero utilizándolos para sus rituales paganos y ancestrales con total normalidad. No dejes de preguntar por tu futuro a uno de sus chamanes si quieres volver con un escalofrío en el cuerpo. Para completar la aventura haz una excursión en bote por el río Usumacinta hasta la ciudad maya de Yaxchilán, dónde de nuevo te atrapará el misterio de su avanzada civilización y no dejes de pasar una noche en alguna de las poblaciones menos turísticas, como por ejemplo San Andrés de los Pobres. El arrullo de la selva es inolvidable.
5. LOS SECRETOS DE COMITÁN
Si San Cristóbal de las Casas te resulta a ratos muy populosa no dejes de hacer una escapada a Comitán, a dos horas de trayecto. Un secreto a voces entre los seguidores de lo auténtico, que cuenta con todos los ingredientes del atractivo colonial de San Cristóbal pero con muchos menos turistas. No dejes de visitar su interesante Museo arqueológico y su Museo de Arte Moderno, todo un descubrimiento.
6. DOMESTICAR AL VÉRTIGO EN EL CAÑÓN DEL SUMIDERO
Y en unos cuantos puentes colgantes más que crecen como setas entre cortados de película. Te sentirás como Indiana Jones y hasta es posible que la experiencia te resulte adictiva. El balanceo de sus maromas de cuerda y el crujir de la madera, que nunca sabes cuando puede estar suelta, resuena en la inmensidad de la selva y la adrenalina casi puede respirarse. Pero al otro lado te espera de nuevo un paisaje de ensueño. Y merece la pena el susto. Aunque si de verdad quieres superar tu vértigo debes dirigirte con paso firme al Cañón del Sumidero, una vez allí, si no te puede la altura te podrán las vistas. Son impactantes. Una buena opción es realizar el viaje en barco desde la tranquila localidad de Chiapa de Corzo y de paso darte un apetecible paseo por sus callecitas de piedra.
7. FLIPAR CON LAS CASCADAS DE AGUA AZUL
Es uno de los parajes más espectaculares de México, un recuerdo que se quedará contigo mucho tiempo. El azul añil del agua, el gorgojeante discurrir de la corriente y la textura aterciopelada de la selva te darán que pensar. Pero antes tendrás que darte un buen paseo por la frondosidad tropical y llena de altibajos de la Sierra de Chiapas de modo que tu llegada contará con el aliciente del esfuerzo realizado. Una vez allí es importante que te tomes el tiempo necesario para interiorizar sin prisa la sobrecogedora belleza del enclave.
Texto: Maria Bayón
COMENTARIOS
Tags: Chiapas, ESTADO DE CHIAPAS, Palenque, Que Visitar en Chiapas??, Razones para Viajar, Ruinas de Palenque, San Cristóbal, Turismo