Académico Jorge Alberto López Arévalo se inconforma por enmienda a la Ley Orgánica de la Unach y eventual reelección del rector Jaime Valls Esponda y se declara en huelga de hambre y se planta con una pequeña casa de campaña en el obelisco a Juárez en el Congreso del Estado de Chiapas.
En una pancarta y en entrevista con diversos medios de comunicación sindica a diputados de la LXV Legislatura de flagrante violación a la autonomía universitaria.
López Arévalo es catedrático de la facultad de Economía en el área de Ciencias Sociales, en San Cristóbal de Las Casas, ha sido director de dicha facultad y secretario general de la máxima casa de estudios de Chiapas, además de académico invitado de la UNAM y la Universidad de Salamanca, España.
Múltiples manifestaciones en contra de esta reforma se han dado en varias Escuelas y Facultades de la máxima casa de estudios de Chiapas, ya que, argumentan, se ha violado la autonomía de la UNACH.
Como egresada de la UNACH.duele ver lo que pasa en la Magna de estudios en nuestro estado, no es posible que Manuel Velasco Cuello, siga sosteniendo en la UNACH.a un tipo con antecedentes muy malos, ya que gracias a la imposición de Juan Sabines Gutiérrez, siga siendo Rector, no es posible que ha sabiendas que la ley es muy clara y lo dice «SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECION» de que se trata que el simple hecho que su Papito haya sido Magistrado en la Suprema Corte de Justicia en México, no podemos hacerse lo, porqué nos están para hacer y deshacer de las decisiones que únicamente le compete a los estudiantes y trabajadores.
Justo cuando los reflectores de la prensa internacional apuntan hacia el presidente Enrique Peña Nieto, debido los problemas estudiantiles que están multiplicándose en todo el país, Manuel Velasco Coello debió actuar con mayor prudencia y no dejarse llevar por sus impulsos mesiánicos, tratando de empujar la reelección de Jaime Valls Esponda en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Es importante subrayar que la UNACH no es un partido político. Los estudiantes no son simples piezas de ajedrez al servicio del gobernador en turno. Los jóvenes no piden migajas, ellos quieren formar parte del sistema y contribuir, con sus conocimientos, al desarrollo del estado y del país. Si el gobierno desea diálogo, los universitarios están dispuestos a escuchar, pero, eso sí, no aceptarán imposiciones de personas ajenas a la vida universitaria.
Vistas así las cosas, una mala decisión en Chiapas, como la imposición de un rector, sería lamentable no sólo para Manuel Velasco Coello, sino para el presidente Enrique Peña Nieto y para el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.
La huelga de hambre de Jorge López Arévalo es una decisión atrevida y riesgosa, no sólo porque se pone en juego la vida de un hombre que, desde siempre, ha sido un maestro apasionado con su labor en la UNACH, sino porque, además, es un reto a quienes se atrevieron a modificar la Ley Orgánica de la UNACH en momentos tan delicados como los que se están viviendo en el país.
Es probable que el Congreso del Estado no quiera o no deba anular sus decisiones, sin embargo, una forma prudente para salir de este atolladero, sería que Jaime Valls Esponda anunciara que él no va por la reelección, sino que, para abonar a que las cosas marchen bien en Chiapas, deja el camino libre para que otro universitario asuma la rectoría de la UNACH.
Así pues, la solución al problema no está en manos de Jorge López Arévalo, sino en la decisión que tomen Jaime Valls Esponda y Manuel Velasco Coello. Ojalá que estos últimos asuman una actitud más prudente y no sigan poniendo en aprietos al Jefe de la Nación, cuyo gobierno atraviesa una crisis política y social, sin precedentes.